viernes, 28 de mayo de 2010

Carta a Luis Ángel

Carta a Luis Ángel


Por Luis Gerardo Martínez García

Querido hijo:

Sé que estás ahora en casa, y si no me equivoco estás revisando algunas tareas escolares. Si me permites, quiero hacer unas reflexiones junto a ti y a tu lectura.

Este México del siglo XXI es casi el mismo de hace doscientos años. Aunque es de aclarar que ese México que has estado leyendo por casi cuatro años en la escuela primaria ha sido rebasado en muchos sentidos; esa ciencia, esa historia, esa política y esa geografía que hoy quieren que memorices para aprobar los exámenes cada dos meses son otras, ya muy distintas.

Tal vez se deba a que las autoridades educativas están más ocupadas en resolver lo urgente que lo prioritario. Quizás el sistema esté pensado para que cada uno de ellos pierda de vista la realidad educativa, política y cultural de las regiones en donde viven los niños y niñas como tú. Mucho de ello ha definido el rumbo torcido del país al grado del secuestro.

Hijo, es cierto: México está secuestrado. El problema es que nadie se adjudica el plagio, y mucho menos le ponen precio al rescate; porque para muchos es mejor mantener a nuestro país en cautiverio, sufriendo hambre, padeciendo sed; encadenado de manos y pies en la oscuridad (sólo viendo televisión), sin acceso a los conocimientos científicos y tecnológicos, sin derecho a una llamada porque no hay teléfono; entreviendo al país secuestrado, abatido, que ríe y llora con su música y su cultura… que duerme con la zozobra, con la incertidumbre y con la inseguridad en la puerta de su casa.

Este México secuestrado, vendado para no reconocer al plagiario. País con rescatistas camuflajeados, manteniendo en vilo la esperanza y la desesperanza que les garantice vivir del presupuesto. Se sospechan entre ellos; se culpan unos a otros; de algunos se dice que llegaron después de la revolución con sus tigres y sus cachorros. De otros se menciona que planearon todo para llegar 70 años después, ofreciendo pan ante el hambre. Unos grandes y otros chiquitos, dicen los testigos; afirman que vestían de azul, rojo, amarillo, verde y naranja, todos en complicidad.

Si México continúa secuestrado en el oscurantismo y en el cambio disfrazado, los niños seguirán aprendiendo las tablas de multiplicar sin resolver problemas; memorizando los planetas, creyendo que siguen siendo nueve; leyendo sin comprender. Si México continúa secuestrado, la libertad, la democracia, los derechos humanos, la igualdad de género y la distribución de la riqueza seguirán siendo tabúes; con discursos ininteligibles en tanto genuinos e ingenuos abogan por otro México.

México secuestrado que reniega del norte pero sueña con migrar mojado y sin papeles; México que reniega del sur pero conserva sus vínculos prehispánicos, religiosos y amorosos al calor del arpa, la marimba, la guitarra y el acordeón; al son del son, de la zamba, del tango y del danzón. El México de hoy que aguanta ensangrentado en la cotidianidad por los muertos que se cuentan sin asombro ya, como se cuentan los pobres, los desempleados y los huérfanos.

México sin rostro que mira la cara del niño que ya no va a la escuela, del maestro que no puede aspirar a más, del campesino sin tierras, del obrero sin derechos, del periodista sin pluma… Hijo, hoy México es un país víctima del secuestro, de la desolación, del sinrumbo; nación que palidece con ataduras en una América que no tuvo sus orígenes en el “descubrimiento” de 1492; hoy día lo vivimos como el país más complicado de la historia en la era del nuevo milenio; como dice el refrán sefardita: «La noche mas eskura es para esklarezer». Xalapa, Ver., a 8 de marzo de 2010 www.escritoresporlaeducacion.blogspot.com

COMPETENCIAS EN DEBATE

COMPETENCIAS EN DEBATE


Por Javier Tolentino García
(Escritores por la Educación, AC)


En México el ámbito educativo está impregnado por el debate referente a las competencias, el cual gira en torno a cuatro grandes campos fundamentales, aunque con mucha rapidez vienen identificándose otros susceptibles de ser considerados como emergentes:



El filosófico, referente a la concepción de las competencias en su correspondencia con la naturaleza de la escuela, es decir, se argumenta que la escuela tiene determinadas finalidades, como por ejemplo, la formación de un ciudadano, las cuales no son compatibles con la formación de competencias que está orientada las necesidades del mercado en un mundo globalizado.



El de la definición, donde diversos autores se han dado a la tarea de establecer las pautas conceptuales acerca de lo que se debe entender por competencias. Incluso hay organismos nacionales e internacionales que han asumido dicha tarea, sólo por mencionar algunos de los más influyentes: el Parlamento Europeo, la OCDE y la UNESCO.



El de la tipología, igualmente, hay diversas propuestas sobre las competencias para cada uno de los niveles educativos, por ejemplo, las de la educación básica o las de la educación superior. En este rubro, una de las clasificaciones más difundidas es la de competencias genéricas y transversales. También, es necesario mencionar que actualmente hay tipologías para docentes y para estudiantes, así como tipologías por áreas, como las competencias sociales o las competencias digitales.



El de la evaluación, la acreditación o la certificación, referido a la necesidad de validar la presencia o ausencia, así como el grado de dominio de determinada competencia. Al respecto, existen organismos certificadores, sobre todo para el mundo laboral, como el CONOCER (www.conocer.gob.mx).



Como se podrá deducir, el apartado anterior no toma ningún posicionamiento, ni se inclina por una postura filosófica, alguna definición, tipología o tendencia sobre su evaluación, acreditación o certificación. Sólo pretende mostrar, de manera general, el marco en el que se está desarrollando el debate actual en torno a las competencias, desde el nivel institucional y el de los docentes, es decir, sin considerar lo concerniente al estudiante.



Por lo tanto, el debate desde esos cuatro campos, cobra relevancia porque cada nivel educativo, las instituciones, sus directivos y docentes, seguramente tienen diversos grados de desarrollo. La temática de las competencias, los procesos de formación, es algo ineludible en la búsqueda y aseguramiento de la calidad; y por supuesto, de la innovación educativa. En concreto, al interior de las instituciones se debe responder la pregunta, cuál es el grado de consolidación del debate acerca de las competencias. Sin duda, concluir que hay una ausencia del debate, significa reconocer la parálisis o el retroceso en términos de la discusión actual en la educación.



Entre los campos emergentes, es factible considerar en este espacio dos de ellos: El relativo a las competencias para las tecnologías de la información y la comunicación, también conocidas como competencias digitales, donde la práctica docente más común es la del uso del PowerPoint en las clases. Antes se anotaba la información del libro en el pizarrón, ahora se pone a través de la pantalla.



Y el otro campo, en una perspectiva más amplia que el anterior, es el de la formación de los docentes, donde la pregunta eje es, independientemente de la tipología que se asuma; cuál es el proceso de desarrollo de las competencias docentes, seguido por cada sujeto, considerando las necesidades siempre cambiantes del currículum.



En fin, no es presuntuoso señalar que ante el tema de la educación y las competencias, actualmente, lo complejo es su condición de normalidad. Pero, la premisa de la escuela como una organización que aprende, es cada día más vigente. www.escritoresporlaeducacion.blogspot.com

DECISIONES DECISIVAS: LA UPV

DECISIONES DECISIVAS: LA UPV


Por AVELINO REYES PECH

Escritores por la Educación, A.C.


Cuando en el año 2004 la Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV) cumplía un cuarto de siglo de su fundación, escribí que la institución estaba entrampada en una red de intereses gubernamentales, sindicales, personales y grupales cuyo efecto es la inmovilidad académica e institucional. De entonces a la fecha, su problemática no ha cambiado en lo sustancial.

La acción sorpresiva como sigilosa de sustituir al Dr. Marco Wilfredo Salas Martínez en el cargo de Rector, deja hasta ahora en el misterio del “sospechosismo” las intenciones reales que dieron lugar al cambio del funcionario y por tanto alimenta una serie de interrogantes, pues como buen dice la expresión, “el vacío que deja la falta de información lo llena la especulación”.

Ese contexto, nutre el ánimo de aventurar algunas interrogantes que no por especulativas dejan de ser importantes: ¿cuáles han sido las razones del Gobernador del Estado - quien ha dicho que la educación es asunto prioritario- para autorizar el relevo? El funcionario recién nombrado rector ¿sabe de su nombramiento como tal y “hasta nuevo aviso” o conoce y acepta de antemano que cubre tiempos electorales mientras llega el titular? ¿Detrás del rector formal subsiste un rector real en la vida universitaria? ¿Habrá libertad y determinación para enfrentar los cambios necesarios o el relevo es un recurso seguir igual? ¿En su caso, desde qué perspectivas se piensa realizar los cambios que con urgencia reclama la institución y cuáles serán los mecanismos a utilizar? ¿Tendrán en estas tomas de decisiones participación alguna los académicos de la UPV?

Ciertamente, las renovaciones en las dependencias, independiente del área en que suceden, no han sido escasos, pero para quienes por razones profesionales o ciudadanos seguimos con interés los sucesos en la Universidad Pedagógica cobran especial interés porque siempre hemos deseado para esta noble institución una vida más universitaria y más pedagógica, sin las anclas burocráticas y personalistas que suelen sujetar a muchos centros educativos, sobre todo aquellos que como en este caso, se concibieron como instancias de excelencia para la formación de maestros desde los procesos iniciales hasta los de actualización y superación

Para nadie es un secreto que la actual administración educativa estatal no ha puesto su mayor interés en el desarrollo de la UPV. Un botón de muestra es el hecho de atar la UPV al Instituto Consorcio Clavijero, que desde cualquier aspecto, es una instancia improvisada para ser sustento aliada de una Universidad que durante tres décadas ha estado inserta en el el escenario de las instituciones formadoras de docentes y cuya pertinencia nunca ha sido evaluada, aunque sí ha sido espacio donde con alguna periodicidad se sustituyen o adicionan planes, proyectos o actividades que modifican términos, conceptos o aislados neologismos al parecer más bien para dar la imagen de innovación sin que hasta la fecha se expongan testimonios convincentes en su organización y en sus egresados por más que se abunden en el supuesto éxito de sus programas

Es deseable que la decisión del relevo de Rector no obedezca sólo a motivos de simple autoritarismo, conveniencia política individual reducida a la figura de personas por encima de la trascendencia de proyectos, sino que tal hecho esté fundada en la búsqueda de una oportunidad decisiva que enrumbe a la Institución por los senderos institucionales a través del cumplimiento de su misión y visión, del replanteamiento de sus estructuras académica y administrativa, de la formación y desarrollo de su personal docente, para que su futuro no se deba a otros factores que no sean los del prestigio, de su fortaleza y una convincente respuesta a la necesidad de excelencia docente. Que sus maestros y egresados no siembren dudas en el esfuerzo obligado de respaldar su título profesional con actitudes educativas reales y pertinentes con los cambios en la conducción curricular educativa que tanto necesitamos en la búsqueda de lo que se ha dado en llamar estándares de desempeño por nivel de aprendizaje, pero también en la gestión de los centros escolares, de los maestros, de los medios e insumos didácticos, ya sin las ataduras del catecismo neoliberal arropado ahora con el concepto de competencia.

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Los profesores también reímos y lloramos

Los profesores también reímos y lloramos



René Sánchez García.

(Escritores por la Educación, A.C.)

La docencia en general y las didácticas en particular, han sido cuestiones bastante trabajadas por los especialistas de la Pedagogía, desde Comenio hasta Díaz Barriga; pero aun siguen siendo pocos los estudios serios que nos ofrezcan análisis sobre la relación profesor-alumno y sus efectos emotivos de placer o sufrimiento, dentro del aula escolar o la escuela.



El trabajo de investigación que presenta Claudine Blanchard-Laville, quien actualmente es profesora e investigadora en la Universidad de Nanterre París X, en su más reciente libro titulado Los docentes, entre placer y sufrimiento, editado en el año de 2009 por la Universidad Autónoma Metropolitana (UX) y la Universidad Veracruzana, bajo un enfoque de tipo psicoanalítico y dentro del área de las matemáticas.



Aquí se plantea, reiteradamente, la necesidad de tener en cuenta “el ámbito psíquico de la transmisión didáctica, mediante un dispositivo de investigación de carácter co-disciplinario, articulando varios enfoques: clínico, psicosociológico y didáctico en la complejidad del proceso enseñanza-aprendizaje”. Para lograr lo anterior, teoriza conceptos fundamentales como: inconsciente, transferencia y realidad psíquica.



Más que matemática y filósofa, Claudine Blanchard-Laville parece etnógrafa de profesión. Su trabajo se constituye en un verdadero y rico análisis de su propia vida como escolar, pues nos narra los miedos y temores vividos y sentidos como estudiante o alumna (desde la primaria hasta la universidad), que le impidieron en muchos casos sentir gusto y placer por el aprendizaje. “A partir del enfoque utilizado observa y estudia las fuerzas que destruyen vínculos. Vínculos sin los cuales el acto de transmisión de saberes en el aula se vuelve prácticamente imposible”.



Este acto riesgoso de decirse para decir algo de los otros, con la ayuda de la teoría de Freud, le permite a la autora, no solo descifrar bloqueos, inhibiciones, pasiones (eso siempre oculto en los profesores y alumnos), sino “escribir párrafos teóricos luminosos y proponer sentido y significación a palabras, actitudes, actos”. Los docentes, entre placer y sufrimiento, es un acercarse lo más posible a la complejidad de la personalidad de estos dos importantes sujetos del acto docente; o bien, “lo que descubre en los otros es también su propia realidad y la de todos nosotros”.



La importancia de este libro radica en que no es un estudio de “casos”, sino el análisis de variados y ricos momentos de vida en situación pedagógica, singularmente personal. No debe causarnos temor que la autora haya ligado su investigación a casos de la enseñanza de las matemáticas, debe entenderse como situaciones de enseñanza con vínculos didácticos, pero sobretodo, ligados a la práctica docente. Finalmente y con respecto al psicoanálisis, la autora afirma: “el psicoanálisis nos inspira ante todo un método de trabajo, un método de trabajo costoso en tiempo y energía psíquica, un método de trabajo que exige que se realice constantemente una vuelta sobre sí mismo. Por ello, mi propia historia de alumna, de docente y de investigadora constituirá el hilo esencial de este trabajo. Las situaciones estudiadas son a menudo opacas y resistentes a la comprensión: a lo sumo conseguiremos quizás iluminar algunas zonas de sombra”.



Finalmente, aprovecho este espacio para enviar, a nombre de todos quienes conformamos el equipo de trabajo de Escritores por la Educación, una cordial felicitación a todos los profesores y profesoras veracruzanos en su día, deseándoles aparte de una muy buena salud, redoblar los esfuerzos para que sean cada vez mejores en el aula, para poder así trascender por siempre.

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Destino educativo para los docentes

Olvido e ingratitud ¡DESTINO EDUCATIVO PARA LOS EXCELSOS DOCENTES!


Marco Antonio Figueroa Quinto

(Escritores por la Educación, AC)

“A la memoria del inolvidable liberal, maestro y amigo

Marcio Avelino Bolaños Salamanca”

Para muchos profesionales de diversas disciplinas, sean estas humanísticas, biológicas, exactas o administrativas, donde imperan pensamientos que muchas veces son externadas como deseos y aspiraciones reales respecto a su labor profesional, siempre es admirable, así el abogado manifiesta aspirar o a una magistratura, a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia, o encabezar el máximo tribunal sobre la ley o el derecho de su patria, el médico dirigir un gran hospital o clínica de prestigio o la Secretaría de Salud de su país, los contadores, economistas y administradores de empresas llevar a mejor resguardo las finanzas de la nación en cualesquiera de las responsabilidades que hay para desempeñar con éxito su actividad, sea esta la Secretaría de Finanzas, El Banco de México o la Secretaría de Hacienda como máxima aspiración, el arquitecto ser dueño de una gran constructora o al menos dirigirla, ser quien pueda diseñar los mejores y modernos edificios que se necesiten a la vez de dirigir técnica y operativamente todo lo pensado. Los ingenieros construir los caminos, puentes, carreteras y desniveles que se requieran para el mejor desarrollo del país, estos dos últimos profesionales aspirarán dirigir la Secretaría de Obras Públicas, la Secretaría de Recursos Hidráulicos, lo anterior es una muestra de lo que debe de ser, pero reservé al final lo paradójico de las profesiones: Al político de “carrera” aspirar a un cargo político (sin importar nombramiento, jerarquía, responsabilidad, lugar o nivel) total se supone que no es su perfil, pero lo hará de todos modos bien, tiene lo principal: La confianza del que “manda”. Pero cuando un docente en activo aspira dirigir los destinos educativos de su país o entidad, es considerado osado, arribista, idealista, inconsciente o demente; ya que esos cargos por lo regular están negociados entre el ejecutivo en turno y poderosos organismos que les sirven en el control, reservadas para amigos y recomendados. Los docentes siempre podrán remediar cualquier yerro, sea de la magnitud que fuese ¡Así de valiosa y sublime es la importancia del docente; aunque muchos los subestimen, ataquen y menosprecien, pues no existe nada más valioso en este mundo que tal actividad! Para nadie es secreto que un buen docente no sólo posee un conocimiento muy profundo del tema que maneja, domina y aplica, así como todo lo relacionado con las competencias pedagógicas para sus clases, que lo hace capaz de modificar esplendorosamente su medio y enseñar cómodamente a los alumnos, conoce filosofía, teoría y praxis de la educación de su país a través de los tiempos, así mismo está enterado de las innovaciones que se dan en cualquier parte del mundo en materia pedagógica,reuniendo cualidades personales que le permitan no solo mejorar constantemente en sus conocimientos y en la calidad de su desempeño, sino además servir de modelo para sus alumnos.Una persona así, que no solo pueda tener competencias técnicas y cualidades del tipo personal, sino que se convierta en líder de los pobladores de nuestras comunidades no conviene a los enemigos del progreso, la verdad, la luz y la sabiduría. Por ello se le niega al magisterio la oportunidad no solo de manejar los destinos de la educación de nuestra entidad y país, sino que se le ataca sistemáticamente para que se discipline y únicamente opere programas (muchos de ellos mal elaborados y obsoletos), en los mejores de los casos el olvido y la ingratitud a su obra; con lo que nunca estaremos de acuerdo. Ahora que se acerca un cambio significativo en el ejecutivo de la entidad veracruzana, los docentes exigimos y deseamos observar, que ¡Los destinos de la educación de nuestra entidad deban de ser manejados, operados, adaptados y dosificados por auténticos maestros! Con ello Veracruz volverá a los primeros planos en eficiencia, eficacia y efectividad educativa, los que nunca debió perder. ¡Estamos! www.escritoresporlaeducacion.blogspot.com