Maestros escritores y viceversa
Luis Gerardo Martínez García
(Escritores por la Educación, A.C.)
De unos años a la fecha, la educación y la cultura en México han sido fuertemente impactadas y severamente cuestionadas. Los adelantos científicos y tecnológicos, las transformaciones políticas y sociales, así como los cambios en las economías mundiales, han modificado completamente el rumbo nacionalista y tradicionalista de sus políticas. Por otro lado, la sociedad en su conjunto, a partir de los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales de la educación básica, ha criticado fuertemente la funcionalidad de la escuela, el papel del docente, la calidad de los procesos de enseñanza y los contenidos de aprendizaje, pero sobretodo, la responsabilidad gubernamental como rector de dichas políticas educativas y culturales.
Por ello, las voces ciudadanas demandan, no más cambios o reformas parciales, sino una verdadera revolución integral educativa y cultural, que no solo se limite a recoger los reclamos y las necesidades, sino fundamentalmente que sea acorde con lo que sucede en todos y cada uno de los ámbitos que ya han sido trastocados o roto los límites y fronteras para insertarse en la modernidad y globalización. Es allí donde precisamente, quienes sentimos la imperiosa necesidad de manifestarnos por medio de la palabra escrita, para tratar de entender lo que sucede a diario en el aula y la escuela, deseamos caminar juntos y con paso seguro hacia un nuevo proyecto, que no se limite a informar, sino que contribuya a formar opiniones diversas y razonadas sobre este interesante fenómeno social.
Por ello, iniciar un proyecto (o reiniciarlo) siempre representa un reto. Hoy lo hemos logrado en colectivo. Un grupo de maestros nos hemos dado cita entorno a una taza de café, una rica charla, una cordial compañía y un grato montón de letras que tornean las ideas de este grupo de maestros escritores.
El inicio es difícil pero placentero, complejo pero sintomático, relajado pero disciplinado. El inicio siempre es esperanzador para los que encabezan un proceso y también para los acompañantes; esto es, las expectativas siempre están en el ánimo de quienes, como en este caso, luchamos por una mejor calidad de la educación: maestros escritores y maestros lectores. Lo interesante es que el inicio no tiene retorno (se podrá fracasar en un intento); lo iniciado existe, y posiblemente permanezca. Ahora bien, peor es no hacer algo por defender los ideales personales y de grupo.
Es oportuno señalar que en este inicio tenemos muchos cómplices, la aventura está acompañada de mentes que desde sus espacios trabajan permanentemente por una sociedad mejor. Uno de esos entes lo es Diario de Xalapa, que cada vez que tocamos nos abre sus planas; la generosidad de sus directivos siempre ha sido plena. Hoy no es la excepción. De igual manera podemos hablar de la complacencia de los lectores que siempre lo acompañan a uno desde el anonimato en más de las veces; los potenciales lectores se multiplican con la presencia que tiene este medio informativo en su distribución estatal de forma impresa, como con la versión electrónica que aparece permanentemente en la Internet alrededor del mundo. Luego entonces, el reto para nosotros es aún mayor.
Pues bien, los compañeros que integran esta asociación civil de Escritores por la Educación son educadores que por años vienen desempeñando una labor docente responsable y digna; ahora se agrupan para poder conversar con la sociedad sobre temas educativos, respetando la diversidad de pensamiento. Ese es el primer indicador que los identifica a todos plenamente. Además es gente con quien hemos establecido vínculos francos de amistad; con todos vivimos y convivimos desde las trincheras donde se alojan nuestras expectativas, temores, triunfos, proyectos, alegrías, sabores y sinsabores; departimos y compartimos desde islas que finalmente creemos que son un gran archipiélago. Con todos ellos iniciamos por el placer de escribir; ¿a dónde queremos llegar? No lo sabemos. ¿Alguien puede saber eso? Es lo que menos importa, lo que es realmente trascendente es lo que hagamos aquí y ahora.
En esta primera entrega nos comprometemos con aquella sociedad justa con la que muchos hemos soñado, desde nuestras plumas y voces lucharemos por una mejor educación, defenderemos junto con muchas voluntades el respeto a la libertad de expresión que urge en materia de educación. Hoy iniciamos junto con ustedes.