Las buenas políticas educativas
para
México
Por Luis
Gerardo Martínez García
La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cuenta con
34 países miembros, socios clave y otros 100 países más. El 11 de septiembre de
2012 presentó en México el documento México, Mejores Políticas Para un Desarrollo
Incluyente (Septiembre 2012). Ángel Gurría, secretario general de la
OCDE entregó a Peña Nieto el libro impreso en el que afirma “A diferencia de
muchos otros países, México arrancará una nueva Administración con finanzas
públicas sanas, inflación controlada, un crecimiento que duplica el promedio de
la OCDE, un sistema bancario bien capitalizado, una red de acuerdos comerciales
con 44 países y mejoras regulatorias que favorecen el ambiente para los
negocios.” Previamente Ángel Gurría habla de que la economía mundial atraviesa
port el quinto año de crisis, padeciendo efectos perversos de “La gran recesión”,
lo que represente, según el secretario de la OCDE, un nicho de oportunidades
para México.
Valora la
economía de este país por encima de las economías emergentes que sufren
desaceleración: Brasil, China, India y Rusia. En consecuencia, el documento
señala que México tiene que enfrentar desafíos estructurales y elevar su
productividad, “… implementando reformas económicas en áreas estratégicas.”
También hace énfasis en construir (entre otros) un sistema educativo de
vanguardia, equitativo, con maestros y escuelas de excelencia.
Específicamente,
al tema educativo le dedican un capítulo (apartado ocho). Desde mi punto de
vista, evalúa con calificación aprobatoria a las instituciones oficiales de educación
y reprueba a los sujetos: “El avance de México en la ampliación de la cobertura
educativa es muy evidente. Hoy en día, prácticamente todos los niños de entre 5
y 14 años van a la escuela, y se trabaja para aumentar el número de quienes
terminan la enseñanza media y superior. Sin embargo, los estudiantes mexicanos
siguen teniendo un desempeño bajo.” Afirmaciones bastante arriesgadas de la
OCDE, organismo internacional que representa a un bloque de países con diversidad
de intereses, culturas y políticas; la responsabilidad de sus afirmaciones tendría
que ser más seria.
Aunque ya
muchos investigadores universitarios han insistido que usar el término “nini”
es discriminatorio, la OCDE refiere a esa parte de la población: “Un problema
adicional es que la cuarta parte de los jóvenes de entre 15 y 29 años no
estudian ni trabajan.” Pero es cierto, más bien se refiere a ellos como “noni”.
Por otra parte, señala que en el transcurso de los próximos 20 años el
presupuesto destinado a educación bien podría aumentar en México, pero se
detiene a hacer la aclaración de que Brasil y Polonia, que tienen un PIB per
cápita similar al de México, mostraron avances considerables en la prueba PISA
durante los últimos 10 años.”
Resalta
los retos que tiene México: Mejorar el liderazgo escolar y la calidad de los
docentes también es clave para el progreso de los estudiantes; fortalecer la
educación y formación profesional, así como la educación superior; aprovechar
mejor la información sobre el desempeño de los estudiantes; y, reformar el
financiamiento de la educación superior. Como documento político que es, en
cuatro cuartillas sintetiza sus argumentos y fundamentos sobre el contexto
actual y el posible de la educación en México.
Afirma
finalmente que este documento de 74 cuartillas es el “preámbulo de un ejercicio más amplio en
el que la OCDE trabajará con los equipos de transición de la nueva
Administración para producir un documento de propuestas sobre ´Los Desafíos de
las Políticas Públicas en México´. Dicho documento se nutrirá del trabajo de la
OCDE con México y otros países y, a su vez, servirá de base para la celebración
de un foro de políticas públicas con expertos nacionales e internacionales que
tendrá lugar en la Ciudad de México en enero de 2013. Todo ello pretende servir
como insumo para la preparación del plan de gobierno para los próximos seis
años y para identificar sus fuentes de financiamiento.” Señala Gurría.
Bien
valdría hacer una lectura concienzuda de este documento, pero por lo pronto yo
me quedo con la idea de que este análisis sobre valora un gobierno saliente y
tiende los puentes para poner a disposición del gobierno entrante, los
servicios de la OCDE, como si esta fuese una agencia de servicios múltiples. Y
eso de las buenas políticas, espero que para ese nuevo documento, no sean tan
implícitas.
sinrecreo@hotmail.com