lunes, 19 de agosto de 2013

SNTE e INEE: la súplica y el desdén
WENCESLAO VARGAS MÁRQUEZ

Ya advertíamos aquí hace algunas semanas (en abril) acerca de la tarjeta roja directa que el gobierno federal enderezaba al SNTE para no darle silla numeraria y exclusiva en la estructura del redivivo Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) donde alguna vez la dirigencia nacional (Ochoa) y algún allegado (Zebadúa, ahora en SEDESOL) tuvieron dos asientos.

A pesar de la tarjeta roja, el 22 de mayo del año en curso, una semana después del día del maestro de 2013, el dirigente nacional del SNTE pidió en voz alta que se le otorgara al SNTE una silla formal (no de facto) para observar de cerca el proceso de evaluación del magisterio por el instituto.

Así lo narró un diario en esa fecha: “Juan Díaz, presidente del SNTE, dijo en entrevista posterior a la reunión que sostuvo con los integrantes del consejo rector del Pacto por México, que esta solicitud no significa que pretendan "secuestrar" al INEE o apropiarse de éste sino de llevar una representación efectiva de los docentes. A lo que nosotros aspiraríamos es a estar (en el INEE) y tener posibilidades de ser escuchados; de tener un asiento en los temas que discuta el INEE. No pretendemos secuestrar o hacernos cargo del Instituto pero sí ser escuchados. Creo que es un derecho que no sólo es una aspiración nuestra sino que el Instituto requiere, adentro, de la voz de los dirigentes del sindicato", sostuvo”. Hasta aquí la transcripción pero la petición no fue escuchada en la iniciativa que el reciente 13 de agosto presentó el ejecutivo federal:

Dice el art. 30 de la iniciativa que el INEE estará formado por la Junta, la Presidencia, las unidades administrativas, los órganos colegiados y la Contraloría interna. En ninguna parte podrá sentarse el SNTE a pesar de la petición del 22 de mayo. A la junta no podrá incorporarse quien haya sido secretario ni subsecretario de estado, ni procurador federal ni procurador estatal de justicia, gobernador de estado, ni senador, ni diputado federal ni local, ni dirigentes de “asociación política, religiosa o sindical” ni presidente municipal ni gobernador ni jefe de gobierno en los tres últimos años anteriores a su eventual nombramiento. Además no podrá ir tampoco a la junta ningún sentenciado mediante resolución en firme por delito doloso o inhabilitado para desempeñar un empleo, cargo o comisión en el servicio público ni removido de algún cargo público ¡o privado! por alguna causa que implique responsabilidad.

En el artículo 46 de la iniciativa queda un espacio para la esperanza del solicitante pues se dice en dos párrafos: “El instituto contará con las unidades administrativas que se prevean en el Estatuto, cuya estructura organizacional, facultades y funciones se establecerán en el mismo. Asimismo, podrá conformar órganos colegiados conformados por especialistas en las materias de la competencia del Instituto, que fungirán como instancias de asesoría y consulta”. ¿La petición del CEN del SNTE será atendida apartando una silla en alguna de estas dos instancias, las unidades administrativas o los órganos colegiados? Se ve muy difícil.


La súplica ni siquiera tuvo acuse de recibo en público. Si la leyó Chuayffet seguramente fue en la síntesis de prensa y se sintió obligado al desdén.