SNTE e INEE: la súplica y
el desdén
WENCESLAO
VARGAS MÁRQUEZ
Ya
advertíamos aquí hace algunas semanas (en abril) acerca de la tarjeta roja
directa que el gobierno federal enderezaba al SNTE para no darle silla
numeraria y exclusiva en la estructura del redivivo Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (INEE) donde alguna vez la dirigencia nacional
(Ochoa) y algún allegado (Zebadúa, ahora en SEDESOL) tuvieron dos asientos.
A pesar de
la tarjeta roja, el 22 de mayo del año en curso, una semana después del día del
maestro de 2013, el dirigente nacional del SNTE pidió en voz alta que se le
otorgara al SNTE una silla formal (no de facto) para observar de cerca el
proceso de evaluación del magisterio por el instituto.
Así lo narró
un diario en esa fecha: “Juan Díaz, presidente del SNTE, dijo en entrevista
posterior a la reunión que sostuvo con los integrantes del consejo rector del
Pacto por México, que esta solicitud no significa que pretendan
"secuestrar" al INEE o apropiarse de éste sino de llevar una
representación efectiva de los docentes. A lo que nosotros aspiraríamos es a
estar (en el INEE) y tener posibilidades de ser escuchados; de tener un asiento
en los temas que discuta el INEE. No pretendemos secuestrar o hacernos cargo
del Instituto pero sí ser escuchados. Creo que es un derecho que no sólo es una
aspiración nuestra sino que el Instituto requiere, adentro, de la voz de los
dirigentes del sindicato", sostuvo”. Hasta aquí la transcripción pero la
petición no fue escuchada en la iniciativa que el reciente 13 de agosto presentó
el ejecutivo federal:
Dice el art.
30 de la iniciativa que el INEE estará formado por la Junta, la Presidencia,
las unidades administrativas, los órganos colegiados y la Contraloría interna.
En ninguna parte podrá sentarse el SNTE a pesar de la petición del 22 de mayo.
A la junta no podrá incorporarse quien haya sido secretario ni subsecretario de
estado, ni procurador federal ni procurador estatal de justicia, gobernador de
estado, ni senador, ni diputado federal ni local, ni dirigentes de “asociación
política, religiosa o sindical” ni presidente municipal ni gobernador ni jefe
de gobierno en los tres últimos años anteriores a su eventual nombramiento.
Además no podrá ir tampoco a la junta ningún sentenciado mediante resolución en
firme por delito doloso o inhabilitado para desempeñar un empleo, cargo o
comisión en el servicio público ni removido de algún cargo público ¡o privado!
por alguna causa que implique responsabilidad.
En el
artículo 46 de la iniciativa queda un espacio para la esperanza del solicitante
pues se dice en dos párrafos: “El instituto contará con las unidades
administrativas que se prevean en el Estatuto, cuya estructura organizacional,
facultades y funciones se establecerán en el mismo. Asimismo, podrá conformar
órganos colegiados conformados por especialistas en las materias de la
competencia del Instituto, que fungirán como instancias de asesoría y
consulta”. ¿La petición del CEN del SNTE será atendida apartando una silla en
alguna de estas dos instancias, las unidades administrativas o los órganos
colegiados? Se ve muy difícil.
La súplica
ni siquiera tuvo acuse de recibo en público. Si la leyó Chuayffet seguramente
fue en la síntesis de prensa y se sintió obligado al desdén.