La diferencia está en
escribir
Andrés
Roemer
La
comunicación es una de las características de las que gozamos los humanos
(aunque no exclusivamente). Cada día, desde que nos levantamos hasta que nos
acostamos necesitamos y gozamos de alguna manera de comunicación. Ya sea
preguntar una dirección, platicar con algún amigo, leer instrucciones, escuchar
las noticias, mirar la televisión, etcétera. Y en particular, la comunicación
por medio de la escritura es importante. Hoy no se puede entender la historia
de la civilización sin la escritura. Es de hecho a partir del surgimiento de la
escritura que llamamos historia a la historia (antes, es prehistoria).
Seguramente
usted también se ha enfrentado a la desafiante tarea de escribir. Se trata de
sentarse frente a la computadora mientras un cursor parpadea sin parar
impacientemente esperando que sus dedos se posen sobre las teclas y comiencen a
teclear el siguiente escrito ya sea carta, cuento, pensamiento, poema, o
cualquier cosa. Escribir no se trata de solamente de una secuencia de palabras
seguidas, son palabras que significan algo y que se pueden entender.
Escribir,
como cualquier otra acción comunicativa, tiene como primordial objetivo el de
darse a entender, el de expresarse. Una idea por poderosa y valiosa que sea
está prácticamente condenada a desaparecer si no llega a expresarse, o más aún
si no llega a entenderse. La capacidad primero de expresarse y luego de ser
entendido es una habilidad que todos debemos desarrollar si queremos ser
escuchados y entendidos. No deberíamos correr el riesgo de que nuestras ideas
desaparezcan por estar faltos de estas características.
Ahora bien,
expresarse no es fácil, y no hace falta voltear a ver la desesperación del
tartamudo, basta con situarnos en nuestras propias situaciones. En ocasiones
puede haber personas que no nos entienden, por lo que nos desesperamos
rápidamente culpando rápidamente a su estupidez, siendo que la estupidez puede
ser toda nuestra por no ser capaces de comunicar lo que queremos. Esto sucede
en el nivel relativamente fácil de comunicación que es el habla, pero sin duda,
el problema se agrava cuando se trata de un texto escrito.
Escribir es
importante porque es nuestra conexión comunicativa principal con personas que
no conversamos. Además, un texto puede ser leído mil veces, y cada vez por una
persona diferente, aumentando el poder de nuestras ideas más que una
conversación. La capacidad de un texto de desplazarse e inseminar cerebros es
asombrosa. Además, escribir nos enseña también a leer. Como en el caso de una
preparatoria en Nueva York, en la que aprender a escribir salvó a sus alumnos
de la condena de no poder aprender (véase The Writting Revolution en The
Atlantic).
Sin embargo,
para que el texto pueda tener tal poder, debe de ser entendible y expresar lo que uno quiere, de lo contrario,
está destinado o bien al fracaso, al olvido, o a la malinterpretación. Para
lograrlo, no es necesario ser Miguel de Cervantes. Usualmente queremos
expresarnos con palabras elevadas y que denoten elegancia, pero cuando no
sabemos cómo expresarnos poética o artísticamente, lo mejor que podemos hacer
es escribir tal y como si conversáramos. Finalmente, lo más importante es
darnos a entender. De hecho hay herramientas que hoy ayudan a la comunicación escrita
sin saberlo: las redes sociales y el internet.
Las redes
sociales nos obligan diariamente a escribir: comentarios en Facebook, tuits,
chats o blogs. Si bien es una escritura un tanto accidentada en cuanto a la
gramática y puntuación, cumple el objetivo final que es el de comunicar. Es más
necesario hacer de cada texto una idea, que hacer de cada texto un arte (aunque
sin duda éste último también es importante y sería un segundo paso). No es necesario escribir un ensayo en tono
aburrido, rebuscado, seco o demasiado formal.
Voltee a ver blogs en internet. La mayoría no son obras de arte en lo
que respecta a palabras, pero la mayoría sí son ideas efectivamente
comunicadas.
¿Esto
significa que no hay necesidad de prestar atención a la gramática, ortografía o
al arte describir? No, al contrario, pero primero lo primero. En la medida en
que se cumpla el objetivo de expresar una idea de manera efectiva, podemos
pensar en el siguiente paso de adornarla, y trabajarla para hacerla más
convincente y bella.
Un ensayo,
un cuento o hasta una carta puede resultar difícil, más cuando el cursor de la
computadora parece juzgarnos cada vez que parpadea. Pero piense que si no es
difícil escribir un comentario en Facebook, o chatear con sus amigos, tampoco
debería ser difícil expresar una idea en un tono de conversación. La
comunicación lo es todo, la comunicación forma las percepciones y alimenta las
ideas. Y en este sentido, escribir sí hace la diferencia.
@RoemerAndres
ars@pridigy.net.mx