Vientos nuevos en la
Universidad Veracruzana
Manuel Martínez Morales
La
designación de la doctora Sara Ladrón de Guevara como rectora de la Universidad
Veracruzana abre la posibilidad de iniciar un proceso de renovación –basado
desde luego en un diagnóstico puntual sobre las fortalezas y debilidades de la
UV– que permitirá la consolidación y avance de las funciones sustantivas de la
Universidad: docencia, investigación y difusión de la cultura.
A pesar de
las suspicacias que rodearon al proceso, la Junta de Gobierno se las arregló
para estar a la altura de las circunstancias y, apegándose estrictamente a lo
marcado en la legislación universitaria, eligió al mejor candidato para ocupar
la rectoría, esto es a la doctora Sara Ladrón de Guevara.
Dado el
amplio y sólido curriculum de la doctora, al reconocimiento nacional e
internacional que por su trabajo ha alcanzado y a su experiencia en cargos de
dirección académica, seguro estoy que el género no fue un factor decisivo, aunque
creo que es motivo de beneplácito el que, por primera vez en la historia de la
UV, sea una mujer quien ocupe la Rectoría.
La esperanza
de un cambio renovador en la UV se deriva principalmente de la propuesta de la
académica quien intenta combinar tradición con innovación; esto es, tomando
como punto de partida lo mejor de la tradición universitaria, pretende ahora
enlazar estos elementos con propuestas innovadoras que permitan dar un paso
hacia adelante en lo referente a las funciones universitarias sustantivas. Sin
dejar de lado, por supuesto, la atención a otros problemas ingentes que la
Universidad enfrenta desde hace tiempo, como son la ampliación de la matrícula
y el fortalecimiento del financiamiento que recibe la UV.
Conociéndola,
creo que también atenderá demandas reiteradas en los últimos años como son: una
reforma bien sustentada de la Ley Orgánica; la urgente revisión y evaluación a
fondo del Modelo Educativo Integral y Flexible, cuyas limitantes y signos de
agotamiento se han señalado repetidas veces; así como una profunda revisión de
la forma en que se decide, asigna y distribuye el presupuesto universitario.
Es de
reconocerse el apego –en la letra y el espíritu– de los integrantes de la Junta
de Gobierno al Reglamento Interno de la propia Junta, que establece en su
Artículo 28 que en la elección de Rector se tratará fundalmente de establecer
un juicio de idoneidad académica entre: a) El bien de la Universidad y b) Las
características de cada candidato.
En
particular, se toman en cuenta las características de los candidatos con
relación a tres aspectos: I. La Institución: a) Comprensión de la situación
académica-administrativa de la Universidad; b) Comprensión de la situación
política interna de la Institución; y c) Concepción del futuro de la
Universidad; II. El medio externo: a) Independencia, real y manifiesta, ante
los intereses económicos y políticos, de modo que pueda representar
efectivamente la autonomía de la Institución; y b) Reconocimiento en el medio
de la educación superior estatal y nacional; III. Su capacidad para ejercer el
puesto de Rector: a) Capacidad académica: sólida formación científica y/o
humanística, amplios logros académicos y profesionales reconocidos y capacidad
de crítica; b) Capacidad administrativa: liderazgo; creatividad e iniciativa;
experiencia en responsabilidades de administración universitaria, en su caso; y
c) Capacidad humana: honestidad; respeto a las personas y buenas relaciones
humanas; prudencia y personalidad adecuada para representar a la Universidad.
Para quienes
conocemos a la doctora Sara Ladrón de Guevara no hay duda que cumple cabalmente
con las características señaladas y quienes no la conocen podrán apreciar estas
características si revisan su curriculum y buscan referencias personales entre
quienes han tratado con ella.
Todos los
universitarios debemos felicitarnos por la designación de la doctora Sara
Ladrón de Guevara como Rectora de nuestra Universidad, pues estamos seguros que
no solamente cumplirá con los compromisos asumidos en su propuesta, sino que
será receptiva a las propuestas emanadas de la propia comunidad universitaria.