Los
retos de la Universidad
Por: Helí Herrera
Hernández
La Universidad
Veracruzana, que debería ser de todos los veracruzanos poco a poco se ha ido
alejando de los fines para la que fue fundada.
Ha dejado de ser
una opción para los miles de jóvenes que egresan del sistema educacional medio
superior, debido a los filtros que el modelo económico le ha impuesto como son
el menor presupuesto asignado, que a pesar de su aumento anual, no corre a la
misma velocidad que los porcentajes de la inflación.
Con ese
justificante nuestra máxima casa de estudios lleva años de no crecer en
infraestructura física, tecnológica y educacional.
Año con año se ve
en la necesidad de cerrarle las puertas a más de 15 mil estudiantes que son rechazados
no necesariamente por su preparación académica, dado que conozco cientos de
hombres y mujeres inteligentes que por alguna crisis nerviosa no pasaron el
examen de admisión, con los métodos actuales de evolución que tiene el CENEVAL.
Hay estudios de
investigadores universitarios que dan cifras respecto a esos rechazados,
llegando incluso uno de ellos a citar hasta 300 mil en 10 años. Por lo menos si
rebasan los 200 mil, a quienes se les viola el derecho constitucional que tiene
el Estado de ofrecerles una educación gratuita.
Lo peor de todo
no es el rechazo, sino las opciones que le dejan a todos esos miles de jóvenes
que desde la presentación de su examen son presa de infinidad de universidades
patito que los acechan en los distintos campus, presentándose como una
verdadera opción académica, cuando el gobierno mismo sabe que son mediocres los
servicios que ofrecen, y en algunos casos deplorables en la mayoría de ellas,
incluyendo la Universidad Popular que se anunció con tanto bombo y platillo en
el pasado gobierno, la cual le encontramos hasta levantando las piedras con
“maestros” que apenas si terminaron la preparatoria o alguna universidad de
rancho, de esas que proliferan en todo el país que expanden títulos
profesionales a buen precio.
Ahora que se
viene el cambio de Rector, justo sería que los candidatos que aspiren a tal
cargo realicen un análisis profundo de qué tipo de Universidad Veracruzana
requiere Veracruz y los jóvenes veracruzanos; que alternativas ofrecen para
miles y miles de rechazados; como enfrentar la falta de recursos financieros
tomando en consideración que actualmente varios cientos de miles se dilapidan
en el famoso equipo halcones, donde una botarga gana más que un investigador
y/o le quita la posibilidad no uno, sino a decenas de señoritas o varones que
con ese dinero bien podrían estar estudiando un postgrado, una maestría o
doctorado.
Cómo exigirle al
gobierno federal el destino de mayor asignación presupuestal si el gobierno
local no lo hace, dado que ni uno ni el otro les preocupa el destino de las
universidades públicas, ya que desde la entrada del neoliberalismo en México
han torcido los fines de éstas, a pesar del mandato constitucional que todavía
tienen.
También debe el
siguiente rector abordar a la Secretaría de Comunicaciones para luchar por la
radio Universidad Veracruzana, que solamente se escucha en algunas calles de la
ciudad de Xalapa, teniendo argumentos sólidos para librar esa batalla como es
la conversión al sistema combo de toda la radio comercial, mientras las
radiodifusoras educativas y comunitarias se les niega ese derecho (accesar a la
frecuencia modulada).
Este es un primer
esbozo de varios que pretendo hacer sobre mi “alma Mater”, precisamente ahora
que se vive la sucesión de sus autoridades y que por andar en gira por la
Huasteca Veracruzana nos falta tiempo y tecnología para abordarlo con mayor
amplitud.