Los problemas de un INEE
sin maestros
Hugo
Aboites*
El primero
de ellos tiene que ver con la cuestión de la autonomía. La modificación al
artículo tercero constitucional establece al Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación (INEE) como un organismo público autónomo, con funciones
claramente especificadas: Corresponderá al instituto evaluar la calidad, el
desempeño y resultados del sistema educativo nacional. Sin embargo, luego ha
aparecido una propuesta de ley del INEE donde además de otras disposiciones
aplicables se sujeta al instituto a una nube de normas que limitan severamente
su autonomía.
Sólo el
artículo séptimo de la propuesta de ley enlista más de 30 funciones que debe
cumplir el INEE para realizar evaluaciones. Pero, además, no pocas de esas
disposiciones hacen depender al INEE respecto de la SEP. Así, se señala que
deberán solicitar a las autoridades educativas las propuestas de las etapas,
aspectos y métodos que comprenderán las evaluaciones y la misma obligación se
prevé respecto de “las propuestas de estándares… para el ingreso, promoción,
reconocimiento y permanencia” de los maestros, y también solicitar a las
autoridades las propuestas de indicadores tendientes a determinar los niveles de
desempeño mínimos para el ejercicio de la docencia. El INEE podrá modificarlas
pero no rechazarlas.
Y, el colmo,
si no hay propuestas por parte de las autoridades, no hay evaluación. Sin
embargo, una cuestión básica de la autonomía es precisamente la autorregulación.
El segundo
problema es que la junta directiva se ha declarado en –con las palabras de su
presidenta– estado de limbo en espera de que el Congreso de la Unión apruebe
las leyes reglamentarias. Precisamente por estar ya establecido constitucionalmente
como autónomo y con sus funciones claramente especificadas, a su junta le
correspondería defender esa autonomía y comenzar a definir cómo llevará a cabo
su tarea, teniendo en cuenta las opiniones que de manera abundante se generan
ya desde especialistas, padres de familia y los propios maestros.
Independientemente de si el Congreso tiene la competencia para establecerle una
reglamentación a una instancia autónoma por mandato constitucional, la junta
directiva debería darnos a conocer su posición respecto de si procede y/o es
necesario expedir una ley del INEE. Sus argumentaciones, sin duda, sentarían un
precedente para otros organismos autónomos, incluyendo las universidades.
Un tercer
problema es que, sin embargo, no parece existir la determinación de defender la
autonomía del INEE respecto de la SEP. Hasta ahora no parece ser algo que
prefieran los integrantes de la junta, y menos los empresarios y la
constelación de ONG (incluyendo la Fundación Chespirito) que defienden la
reforma educativa. Pero tampoco lo harán los maestros y comunidades, mientras
éste no incorpore sus puntos de vista estratégicos sobre la evaluación y deje
de plantearse como un instrumento orientado a vigilar y sancionarlos. Los
maestros ni siquiera fueron contemplados para integrar la junta y ésta se
proyecta ahora nacionalmente como un grupo de académicos encargados de hacer
algo que en sus instituciones no tolerarían: que no fueran ellos mismos sino
una agencia de evaluación externa y con especialistas de otros niveles quienes
se encargaran de evaluarlos con fines de sanción y despido.
Un problema
adicional son las mediciones en curso, Enlace y evaluación universal (además
del Ceneval). Si el INEE desde hace meses es constitucionalmente el encargado
de “evaluar la calidad, el desempeño y resultados… en prescolar, primaria,
secundaria y media superior”, ¿por qué sigue la SEP promoviendo y aplicando
ella esas evaluaciones? ¿No está invadiendo la facultad constitucional de un
organismo autónomo? ¿Qué dicen de esto los cinco miembros de la junta
directiva? ¿Qué dicen respecto de continuar con esas mediciones? Como lo ha
señalado Manuel Pérez Rocha, la suspensión en la aplicación de estas pruebas
sería una demostración palpable de que en la junta hay sensibilidad, ánimo de
escuchar y, a partir de eso, de repensar a fondo la evaluación en este país.
Sobre todo, incluyendo a los actores: maestros, estudiantes, padres de familia,
comunidades.
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Profesor-investigador, UAM-X