Elba para rato
Carlos Ornelas*
El
ejercicio del poder es una droga tan poderosa como la adrenalina o, más aún,
porque es perdurable; proporciona todo: riqueza, influencia, lealtades y hasta
prestigio, al menos en ciertos círculos. La señora Gordillo lo sabe y lo
disfruta al máximo de su capacidad.
El poder
es adictivo y seductor. Se equivocaron quienes pensaban que en el Sexto
Congreso Nacional Extraordinario del SNTE, Elba Esther Gordillo anunciaría su
retiro. Ella no “quiere salir por la puerta grande”, no está en sus planes,
nunca lo ha estado. El ejercicio del poder es una droga tan poderosa como la
adrenalina o, más aún, porque es perdurable, proporciona todo: riqueza,
influencia, lealtades y hasta prestigio, al menos en ciertos círculos.
La señora
Gordillo lo sabe y lo disfruta al máximo de su capacidad. Un hotel de lujo en
la Riviera Maya fue el lugar que escogió para refrendar su poder. “El control
del SNTE lo tengo yo”, parecía decir con su pieza oratoria. Estaba al abrigo de
las muestras de “cariño” que sus allegados le consagraban, hasta se peleaban el
lugar por estar cerca de ella en la foto. Los tenía cautivados.
Los
mensajes importantes, sin embargo, se dirigieron a otros actores. Detrás de su
arenga estuvo el cambio de estatutos y su nuevo título, presidenta del Consejo
General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación. Lo hizo en un
Congreso y, por lo tanto, es factible que su reconocimiento transite sin trabas
legales y el gobierno le otorgará la toma de nota. También fue una muestra de
músculo con el fin de defender la autonomía que los sindicatos corporativos
lograron durante los gobiernos del PAN.
Sin
mencionarlo por su nombre, le respondió a Leo Zuckermann, quien la propuso como
secretaria de Educación Pública para que asuma la responsabilidad del cargo:
“No busco puestos, que nadie se preocupe, nunca he pensado ser secretaria de
Educación, ni sirvienta de nadie, salvo del SNTE”. Mandó un mensaje de
conciliación y reproche al gobernante que pronto se irá: “No se puede ni se
debe, como tampoco tengo rubor en decir que muchas cosas buenas se lograron en
el gobierno del presidente Calderón, pero no somos responsables de tantos
cambios en la SEP y que llegaran con aspiraciones de ser presidentes”.
Lo más
sonado y desparpajado fue cuando la señora Gordillo, con voz destemplada,
anunció que en el SNTE “no caben los líderes morales y menos los vitalicios,
los que estamos hoy damos la cara, ese adjetivo lo han dado nuestros adversarios”
(como se sabe, los vitalicios nunca dan la cara). Ella lo expresó con la
sinceridad de quien al día siguiente sería electa presidenta del nuevo órgano
por aclamación, aunque con urnas de por medio. ¡El voto secreto!
El recado
trascendente, donde tal vez cometió un error, lo mandó al presidente electo,
Enrique Peña Nieto: “También desde aquí le decimos al que anda por Europa, que
tendrá en este gremio respeto, compromiso, profundo amor a la patria y
compromiso con él, sin rubores, para un buen gobierno”. Luego moderó su
retórica. Acaso se dio cuenta de que vilipendió al futuro tlatoani; quizás haya
sido una demostración de su desasosiego porque él no la ha recibido. Para de
inmediato ponerse a sus órdenes, “sin rubores”.
Muchos
observadores independientes recibieron con fastidio el desenlace. Si el futuro
gobierno le hace caso y se cree las amenazas del corporativismo, la educación
nacional estará condenada al estancamiento. Para quienes no son del gremio mas
simpatizan con la señora Gordillo por el poder que irradia, piensan que se
firmará otro pacto que esta vez sí arrojará beneficios para los niños y las
familias de México. Otros la ven como el mal menor, consideran que sus
adversarios (los de la CNTE, Bases Magisteriales y grupos menores) despertarían
a la bestia que devastaría al sistema educativo mexicano, como en Oaxaca,
Michoacán y Guerrero.
Hoy es un
hecho. Tenemos Elba para rato. Pero el futuro no está escriturado para nadie.
Si Peña Nieto desea gobernar, ser y no nada más pasar, sospecho que tendrá que
tomar medidas contra los sindicatos corporativos. Si no lo hace, será
prisionero de esos poderes que se incrustaron en el poder del Estado.
Retazos
Nunca
creí el asunto de que Elba Esther Gordillo preparaba su retirada y dejaría el
poder a Juan Díaz de la Torre, como algunos lo anunciaban. Pienso con mala
leche. Mi intuición me dice que prepara a su nieto, René Fujiwara Apodaca, para
que se haga cargo del SNTE en el futuro. Ya forma parte del Comité Ejecutivo
Nacional, en el Colegiado de Formación Cívica. Todo quedará en familia.
*Académico
de la UAM.