jueves, 15 de noviembre de 2012



En busca de respuestas sencillas a una pregunta compleja
MARGARITA ZORRILLA

En las últimas cinco o seis semanas varias personas me han planteado lo siguiente: “Tú que conoces de educación, dime cuáles son las tres cosas que tendría que hacer el presidente de México para elevar significativamente la calidad de la educación”.

Sin duda la pregunta es compleja, al menos así la veo. Por ello, no es posible, ni es honesto, plantear respuestas simples.

La pregunta me ha dejado con las ideas y las evidencias disponibles dando vueltas y vueltas en mi cabeza. Con más calma he tratado de ordenar algunas ideas y proponer un camino.

Hace seis años escribí: “Con el inicio de un nuevo periodo de gobierno a nivel federal, se vuelve abrir la posibilidad de la transformación de la educación, así como impedir que se instale la desesperanza. La sociedad, a través de grupos organizados, exige, los maestros esperan y los niños y jóvenes se merecen que las medidas de política educativa que se definan bajo la rectoría de la SEP tengan la capacidad de dar cauce a un conjunto articulado de decisiones y acciones que modifiquen las raíces del sistema educativo nacional (SEN) para lograr su eficacia social y educativa.

Estoy convencida de que el desarrollo de la sociedad en cada país es un asunto fundamental y transita por las personas que lo integran. Por esta sencilla razón, la educación es un factor que no debe ni puede ser soslayado, además de ser un derecho inalienable de todos los individuos.

Tres premisas:

1)    “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Con todo respeto, en nuestro caso el César está representado por los políticos gobernantes y Dios, por la educación. Se requiere dar atención a ambos.

2)    Distinguir la educación obligatoria (que hoy incluye la educación básica y la educación media superior) de la educación superior, la ciencia y la tecnología.

3)    Distinguir los qué, el para qué y los cómo (recordar que la forma es fondo).

Una pregunta: ¿Para cuáles metas, cuáles medidas de política? Me parece que no es necesario abundar en la importancia de saber a dónde vamos. Propongo estas metas, que a mi juicio son inobjetables:

a)    Todos los mexicanos de 3 a 17 años de edad están en la educación obligatoria en los grados escolares que corresponden a la edad.

b)    Los mexicanos en edad de estudiar la educación superior tendrán oportunidades para hacerlo

c)    Todos los alumnos logran aprendizajes que son relevantes para su vida presente y futura.

Un trabajo que no haré en este momento, pero que es necesario, tiene que ver con la definición de indicadores que permitan valorar en el tiempo el nivel de logro de estas metas. Lo ideal es que los indicadores se definan por consenso y que cada entidad federativa defina el valor que buscaría alcanzar en cada indicador. La resultante de todas las entidades se convertiría en la definición del valor de los indicadores a nivel nacional.

Propongo cuatro ámbitos de medidas prioritarias. Una aclaración: no son exhaustivas.

1.- Formación de docentes: la educación es un proceso interpersonal.

a. Formación inicial de docentes para la educación básica. Transitar de la formación normalista a la formación universitaria. Iniciar con 5 o 10 universidades distribuidas en el país. Esto implicaría un trabajo de diseño importante que recupere la mejor tradición del normalismo mexicano con lo mejor de las universidades.

b. Profesionalización docente y directiva en las instituciones de educación media superior. Explorar diversos modelos de formación con una vinculación eficaz con instituciones de educación superior.

c. Ampliar la habilitación de docentes con grados académicos de doctorado y de experiencia de postdoctorado en todas las instituciones de educación superior.

Sin lugar a dudas, ofrecer oportunidades del más alto desarrollo profesional a quienes tienen en sus manos la educación de los niños y jóvenes de México no es una trivialidad.

2.- Recursos financieros para la educación

a.- Crear un Fondo presupuestal específico para la Educación Media Superior (bachillerato y sus equivalentes). No se trata sólo de montos sino de especificación de destinos y de rendición de cuentas. Un destino relevante sería para la innovación pedagógica y organizacional.

b.- Fondos concursables para promover la innovación en los tres niveles de educación básica. Innovaciones a nivel de la gestión estatal, innovaciones a nivel subestatal, innovaciones a nivel escolar que atiendan la mejora pedagógica y de la gestión.

c. Fondos concursables renovados para la educación superior. Continuar con la modernización de infraestructura, bibliotecas y equipamiento; formación continua del profesorado; movilidad de alumnos de licenciatura y de posgrado; movilidad de profesores y fondos específicos para promover la innovación pedagógica.

3.- Evaluación y USO de resultados

a.- Evaluación del diseño sustantivo de los programas derivados de la política pública, así como de su implementación y resultados.

b.- Revisión y replanteamiento de los programas y proyectos de evaluación de la educación que permita contar con una política de evaluación consensuada entre las autoridades educativas de la federación y de las entidades, entre las organizaciones de la sociedad civil, entre especialistas y entre los docentes.

4.- Descentralización real

a.- Diseñar un nuevo orden institucional en el sector educativo: empezando por la relación entre la SEP y las entidades federativas; la relación de la SEP con el Sindicato magisterial; las instituciones de educación superior con las instituciones científicas y tecnológicas, con las empresas, por enunciar algunas de los vínculos relevantes.

d.- Renovar la estructura presupuestal de la educación a nivel federal y en consecuencia del nivel local.

c.- Renovar el marco legal.

Por último, se trata sin duda de definir prioridades, de establecer lineamientos para la acción gubernamental y de manera enfática incluir la vigilancia cercana de los procesos de diseño e implementación de las distintas acciones de tal manera que sea posible abatir la simulación. Solicitar y dar cuentas, así como identificar a los líderes que harán posible una educación distinta en cada estado y en cada región de nuestro México.

*Margarita Zorrilla es Profesora investigadora del Departamento de Educación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.