jueves, 15 de noviembre de 2012



Por la UACM
Manuel Pérez Rocha
Hay conflictos estériles, otros son ocasión de progreso. Incontables avances de la humanidad han sido resultado de duras pugnas y antagonismos. Desde su nacimiento, la UACM ha vivido diversos conflictos: algunos internos, otros con funcionarios del Gobierno del Distrito Federal, con algunos miembros de la Asamblea Legislativa, con intereses privados, con negociantes inescrupulosos, con algunos medios de comunicación. El actual es el más difícil, delicado, riesgoso y el único causante de un prolongado paro de actividades; los demás fueron resueltos de manera institucional. Solamente hubo otros dos paros en sus primeros nueve años de vida, se restringieron a un plantel y duraron dos horas uno, y el otro media hora.

No es posible predecir cuál será el desenlace de la complicada situación actual de la UACM (iniciada hace año y medio) pero sin duda, además de los costos muy lamentables, ha rendido como fruto valioso la expresión de ideas y la comunicación de experiencias. Véanse, por ejemplo, los textos publicados en el blog Por la UACM de la Academia de Creación Literaria de la propia universidad. En ellos se reflexiona acerca de los valores académicos, humanos y sociales de esta joven casa de estudios. En todos los escritos hasta ahora publicados (40) se manifiesta con claridad la sólida formación de los estudiantes, la profunda vocación de sus maestros y el compromiso inteligente de los trabajadores. Aporto una brevísima muestra.

Berenice Reza, estudiante de la tercera generación, escribe: “(…) en agosto de 2009 me titulé con un trabajo que contiene una novela y una poética personal. Casi en seguida partí a Francia (donde aún me encuentro) para desempeñarme en un puesto de asistente de lengua española en la Universidad de Perpiñán, en la costa mediterránea. El año escolar pasado hice en esta universidad una maestría en estudios hispánicos y este año he comenzado el doctorado en literatura comparada en la Universidad de París III, bajo la dirección de una reconocida mexicanista (…) La UACM me dio la posibilidad de descubrir mis capacidades y habilidades y me enseñó a formarme una propia disciplina. No me fue tan fácil. La UACM es una universidad exigente. En mi tránsito por ella hube de activarme y ayudar a construirla”. Sin duda lo hizo, fue una de las organizadoras de aquel paro de media hora y trabajó creativamente dos años en el Consejo General Interno.

Hugo Hiriart, escritor, dramaturgo, premio Xavier Villaurrutia, premio Nacional de Letras y Literatura (entre otros), explica con entusiasmo por qué eligió enseñar en la UACM y nos advierte: “(…) estos pleitos también pueden crecer, enredarse y arrojar lamentables consecuencias. En este sentido sería muy iluminador que se hiciera en la universidad una distribución masiva de la gran historia de Tucídides, al fin de cuentas todos somos universitarios, que narra cómo los enconos y discordias subjetivas y ratoneras destruyeron la antigua y milagrosa Hélade. Si Grecia fue destruida, qué no le puede pasar a nuestra pequeña y reciente universidad”. Con oportuno tino sintetiza después seis recomendaciones de expertos en la solución de conflictos. Es necesario leerlas.

Ernesto Aréchiga (licenciado, dos maestrías, un doctorado en marcha en El Colegio de México) ha sido promotor y coordinador de Letras Habladas, programa pionero de la UACM para dar formación universitaria a personas con discapacidad visual. De su experiencia como profesor nos dice: “En esta universidad he conocido a estudiantes comprometidos, hombres y mujeres, jóvenes y no tanto. Ellas y ellos me han enseñado más de lo poco que yo les he podido enseñar. De ellas y ellos he recibido grandes lecciones (…) Arhemí y Elena ya egresaron y estudian maestría. Vero, José y Beatriz escriben sus tesis, las demás caminan a paso lento pero seguro en la vereda de la licenciatura. Lejos de ser un signo de fracaso, este andar lento es un signo de triunfo para una institución que se asegura de educar a quienes en otras universidades nunca habrían tenido la oportunidad de hacerlo”. Aréchiga, maestro, con frecuencia se convierte en estudiante: En la UACM he tenido la enriquecedora experiencia de asistir a los cursos del poeta David Huerta, poseedor de una profunda sabiduría y mayor sensibilidad, quien acepta en su aula lo mismo a poetas reconocidos que a estudiantes de doctorado, a estudiantes de licenciatura y a neófitos como yo.

Patricia Blancarte, secretaria en la UACM, ahora secretaria y estudiante, escribe: “Siempre me pregunté cómo sería estudiar una carrera en la UACM, ahora me puedo contestar: bueno, pues es verdaderamente fabuloso (…) No defraudemos tantos sueños y trabajo, sigamos cumpliendo metas, fue así como se nos mostró el camino. Las personas vamos y venimos, pero el conocimiento y el aprendizaje prevalecen, la formación de ciudadanos íntegros es un gran logro. Sigamos adelante en la construcción de una gran casa de estudios y lo que un día empezó como un proyecto, concluyámoslo con una visión positiva en la preparación y formación de mejores personas”.

Quien quiera conocer a la UACM hará bien en leer, para empezar, los textos de ese blog. La UACM no es sólo un proyecto académico sólido y avanzado, es una realidad construida por estudiantes, profesores y trabajadores entusiastas ¿Cómo recibirán todos ellos tanto vituperio proferido por gente de casa y de fuera? La UACM, ha dicho con insistencia la propia rectora, se diseñó como un proyecto político al cual intencionalmente se le dejó sin normas. ¿Qué es esto? ¿Amnesia? ¿Autismo? ¿Esquizofrenia? ¿Perversidad? ¡Ella fue durante ocho años parte del consejo asesor encargado de poner en marcha el proyecto y de elaborar sus normas! Opinadores de la prensa mercantil y de los medios de comunicación han aprovechado la campaña de la rectora para decir cuanto quieren con falta total de ética y ausencia del más mínimo sentido de responsabilidad profesional. Incluso en el programa Primer Plano de Canal Once la doctora María Amparo Casar, sin aportar dato alguno, calificó a la UACM de proyecto de partido.

El conflicto de la UACM tiene otro saldo: una radiografía de los sectores y personas que han intervenido en él con sus opiniones y dicterios. Publicado en La Jornada