jueves, 1 de noviembre de 2012



¿Hay política educativa en el DF?
PEDRO FLORES CRESPO

La semana pasada, el Consejo de Evaluación del Desarrollo social del Distrito Federal (Evalúa) organizó una serie de seminarios temáticos para discutir la política social de la Ciudad de México. Para ello, elaboró el borrador, Balance de la Política Social del Distrito Federal 1997-2012, que contiene ocho capítulos que describen acciones en rubros como: (1) economía, trabajo y desarrollo, (2) derecho a la salud, (3) derecho a la educación, (4) protección social, (5) participación ciudadana y cohesión social, (6) indígenas, (7) vivienda y desarrollo urbano y (8) gestión de la política social.

Gracias a la invitación de Evalúa, tuve la oportunidad de comentar el capítulo dedicado al derecho a la educación y sobre todo, de discutir con colegas de distintas instituciones académicas y gubernamentales, los avances y retrocesos de la política educativa del gobierno de la Capital. Sirva este texto para reiterar mi agradecimiento al Consejo y a los participantes del seminario. A continuación expondré algunos de mis comentarios, los cuales en parte han sido reformulados gracias al debate surgido en ese magnífico encuentro.

¿Existe o no política educativa en el DF? Este fue uno de los puntos más discutidos en el seminario debido a que el documento de Evalúa señala que pese a la existencia de programas, proyectos y leyes, hay una “ausencia” de política educativa en la Ciudad de México. Tal observación está basada en que en la capital aún existe un proceso “inconcluso” de descentralización educativa, una carencia de un Programa Sectorial de Educación, una “compleja” colaboración entre los diversos niveles de gobierno (federal, “local” y delegacional) y una “débil” actuación entre las distintas dependencias encargadas de la cultura, deporte y juventud.

Si tomamos en cuenta que una política pública es un curso de acciones implícitas y explícitas surgido primordialmente desde el gobierno, pero recreado de manera constante por los diversos actores sociales y políticos con el propósito de cumplir con las finalidades que el Estado se va fijando, entonces podemos afirmar que sí existe una política educativa en el DF. La falta de descentralización, así como la complejidad en las relaciones intergubernamentales, ausencia de documentos programáticos y debilidad en la forma de actuación de dependencias gubernamentales no borran la existencia de una política educativa, al contrario, la definen. Los vacíos y debilidades de una política educativa – que pueden derivar en distintas consecuencias para los habitantes de la ciudad – son características del proceso de gobierno.

Otro punto que era inevitable tratar en el seminario fue el de la descentralización de los servicios educativos. Como se recordará, el DF es la única entidad federativa que no se hace cargo de las escuelas de educación básica, a pesar de los intentos reiterados de los gobiernos electos democráticamente (1997, 2000, 2006 y 2012). Sin embargo, es de destacarse que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) no se ha “dormido en sus laureles” esperando a que llegue la descentralización para atender a la población de las escuelas preescolares (3,800), primarias (3,334) y secundarias (1,401) de la capital. Las dependencias del GDF han intervenido y puesto en marcha diversos programas que brindan gratuitamente desayunos, uniformes y útiles escolares, y sobre todo, una amplia oferta de becas para menores en condiciones de vulnerabilidad, niñas/os con “talento” y jóvenes de bachillerato (Prepa Sí). Asimismo, destacan los programas de bachillerato a distancia para personas sordas, el de no violencia en las escuelas, el de Escuela con Ángel, y el de actualización, certificación y profesionalización docente para las personas que imparten educación preescolar en los Centros de Atención a la Infancia (CAI) del DF.

Evalúa, como órgano externo, tiene ahora la tarea de mostrar, objetivamente, si cada uno de estos esfuerzos está produciendo beneficios directos para los usuarios de los programas y no sólo para sus operadores. En el apartado sobre Gestión de la Política Social, Evalúa habla de la “cultura clientelar tradicional” que se produce al poner en marcha instrumentos de política “social” en cualquier nivel de gobierno. A este respecto, varios miembros de la mesa observamos que así como el programa de becas Prepa Sí podría estar generando beneficios a los jóvenes y sus familias, también está reproduciendo los viejos vicios de los programas sociales emprendidos por partidos y gobiernos distintos al de la ciudad.

La necesidad de evaluar la política educativa de la Ciudad de México se hizo más evidente al momento en que varios miembros del público, integrado en parte por funcionarios del GDF, tomaron la palabra para enfatizar las acciones realizadas en esta entidad. La “evidencia de los ojos” (Sen) no puede ser la base para la toma de decisiones políticas y de políticas; se requiere de una base informativa plural que contenga los resultados de evaluaciones de impacto y comparaciones intrarregionales e internacionales. Estos resultados se deben presentar con imparcialidad para poder discutir cómo asegurar el derecho a la educación de calidad para todos en una ciudad que, a pesar de su riqueza y centralidad en la vida nacional, está aún lejos de alcanzar.
Profesor-investigador de la Universidad Iberoamericana.