miércoles, 5 de diciembre de 2012


Deficiencia de la educación universitaria en México
Jorge Cabrera Hannemann

En México, la educación superior comienza en el siglo XVI cuando establece la Corona Española la Real y Pontifica Universidad de México por Cédula Real el 21 de septiembre de 1551, iniciándose los cursos el 25 de enero de 1553. De esa fecha hasta los 70’s, se inicia el supuesto de que las universidades servían a la sociedad brindando educación a los jóvenes que ingresaban a sus aulas, preparándolos en las profesiones, tomando en cuenta el entorno sociopolítico y económico. Durante la época de la Colonia se fundaron diez universidades cada cien años, de las cuales desapareció una cuarta parte antes de 1825. En los siguientes ciento veinticinco años, se consolidaron cincuenta más para llegar a setenta y cinco. A partir de esos años la creación de universidades se fue incrementando regularmente. En 2003 se da a conocer el surgimiento de la llamada universidad intercultural bilingüe, en el municipio de San Felipe del Progreso, perteneciente al estado de México, previéndose que inicie sus actividades en los primeros meses del 2004.

Durante los años noventa, México fue objeto de evaluaciones externas de su sistema de educación superior por diversos organismos internacionales, CIDE, BM, OCDE, UNESCO y la CEPAL. Por esto mismo nuestro país recibió las recomendaciones –a nivel mundial, regional y nacional- para atender las deficiencias en materia de educación superior, sin embargo, los criterios más aceptados en nuestro país para reorientar las reformas de las instituciones de educación superior son los de la UNESCO, los cuales se resumen en: 1.- Calidad. 2.- Pertinencia. 3.- Internacionalización.

La calidad entendida multidimensionalmente –calidad del personal docente, de los programas académicos, de los estudiantes-; pertinencia como el modo como la universidad responde a las necesidades económicas, sociales y culturales de su entorno; internacionalización entendida tanto en lo que significa el carácter universal del conocimiento como los actuales procesos de integración económica nacional y mundial. El resultado fue que las metas simplemente no concordaron con el panorama económico nacional e internacional. No se puede negar que a la fecha continúa creciendo el número de instituciones universitarias, principalmente las privadas y las tecnológicas, con poco sustento académico y económico; destacándose a las Universidades Tecnológicas como vinculadas con el sector público, similares a los Institutos Universitarios de Tecnología franceses y a su vez prototipos o puntos de referencias de la mexicanas; mientras que las Universidades Privadas se les vincula al sector privado.

Desgraciadamente, han brotado otros factores negativos que inciden en la educación superior; por un lado la saturación de aspirantes o alumnos en escuelas y/o facultades como leyes, medicina y administración (humanísticas); dejando a un lado las carreras técnicas y de ingeniería y, por el otro, la manifiesta deficiente preparación de los aspirantes a las escuelas de educación superior, que se manifiesta en el alto índice de reprobados.

Esto debido a que también la formación media profesional ha caído en calidad, existen casos de profesionistas con graves faltas de ortografía, lectura y redacción, sin abundar en cuanto a preparación. Otro factor adverso que enfrentan los egresados de las diferentes instituciones de educación superior son las pocas oportunidades de emplearse de acuerdo a su perfil, por lo que el desempleo se ve incrementado. No obstante de que es mano de obra calificada, no existen las suficientes fuentes de trabajo, pero en virtud de que es necesario sobrevivir, se opta por colocarse donde se pueda, por lo que el profesionista se subemplea, con la agravante de que perciben o percibirán sueldos bajos, otros optan realizan quehaceres completamente distintos a la preparación universitaria y, otros finalmente, ingresan a las filas de la delincuencia organizada o la prostitución.

Actualmente, con la finalidad de cubrir las expectativas o demandas del sector privado, existe la preferencia para aquellos profesionistas egresados de universidades privadas –de élite o no–, o de los que han tenido una formación o postgrado en universidades extranjeras. Ello como consecuencia del proceso globalizador dentro del cual se encuentra inmerso México.

Álvaro Marín Marín, profesor de la Universidad Pedagógica Nacional, consigna que las agencias internacionales –como el Banco Mundial– han definido ya toda una agenda de cambios para las universidades latinoamericanas. Ahora se pretende conformar una universidad que responda fundamentalmente a las demandas expresadas mediante la circulación de recursos y el mercado.

El doctor Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, (abril de 2004), destacó que el sistema de educación en nuestro país, no ha funcionado. En lugar de aminorar las desigualdades las ha acrecentado, tenemos que buscar que la educación superior no sea para unos cuantos, sino que sea para todos y dijo: en los países de la Comunidad Europa el promedio de jóvenes que cursan estudios superiores es de un 7.5 por cada 10 entre 19 a 30 años. En México sólo 2 de cada 10 jóvenes entre 19 y 30 años están cursando estudios superiores. Eso quiere decir que estos 8 jóvenes restantes ni estudian ni trabajan, lo que trae como consecuencia un alto porcentaje de desocupación juvenil, por lo que México ha experimentado en los últimos años una ola de violencia, generando en la ciudadanía agresión e indiferencia. La solución está en la inversión del Estado, de los sectores públicos, privados y en la aportación de todos para construir más y mejores espacios de educación públicas. La oferta educativa de las universidades públicas no crece y las admisiones a universidades privadas se han estancado. Para el 2015 se prevé, según los indicadores del INEGI, que la falta de espacios educativos será aún mayor que la actual, trayendo como consecuencia el incremento en los indicadores de inseguridad y violencia. A la pregunta: ¿qué posibilidades hay de reducir el problema del exceso de la demanda a través de la Educación a distancia? respondió: indiscutiblemente la educación a distancia es una solución muy viable al exceso de demanda que hoy día afrontamos. La educación en línea es una ayuda, pero no podemos plantear que reemplace o sustituya la educación presencial. La educación a distancia no puede superar a la vida universitaria, la presencia en el aula, el debate con los profesores y compañeros, las exposiciones o conferencias e incluso el mitin que forman parte de la vida universitaria.

El exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez ha indicado que en el mundo actual y en el futuro, las universidades no pueden seguir operando como el pasado si quieren competir con las de otras latitudes. Aunque no creamos que las tecnologías puedan o vayan a sustituir a los profesores y a las universidades, ni sean una panacea para eliminar desigualdades, no podemos seguir enseñando al margen de ellas. Ante tanta tecnología, hay profesores que no tienen la idea de cómo empezar, incluso hay quien hace caso omiso, lo toman como un conjunto de modas pasajeras y esperan o suponen equivocadamente a que se calmen las turbulentas aguas de la innovación educativa para dedicar su atención a lo que haya probado ser permanente o verdaderamente útil, dar clases magistrales con sabor a añejo en el mejor de los casos.

El profesor que no se moderniza, está arriesgándose a que sus enseñanzas sean vistas como irrelevantes para el presente y lo peor es que realmente sea cierto que se está quedando atrás. Asimismo, dijo, El papel del profesor en el futuro será más rudo, más difícil, deberán estar al día, hacer un mayor esfuerzo, tener más dedicación y un mayor amor a la docencia. Sería deseable que (los maestros) no lleguen a perder tiempo a enseñar a poner acentos. Si todavía hay que gastar la mitad del tiempo del profesor enseñándoles ortografía o redacción a los chicos que están estudiando una carrera o una maestría, estamos fritos.

El doctor José Narro, 28 de noviembre de 2009, nos recordaba que la educación superior debe ser un poderoso instrumento para abatir la desigualdad de la pobreza y aportar conocimientos para la creación de nuevas alternativas de desarrollo, donde el ser humano y su bienestar sean lo más importante. El proceso actual de deshumanización de la sociedad no podrá revertirse si no integramos en todos los procesos educativos la formación valoral y humana como una exigencia prioritaria.

A decir del rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Árias Lovillo, 28-IX-12, las universidades de nueva creación en el país son de mala calidad, ahora cualquier persona puede abrir un Instituto de Estudios Superiores sin contar con el personal, ni las instalaciones adecuadas y expresó: saben cuántas universidades tenemos en México, 3 mil 5 universidades, si todas fueran realmente universidades es evidente que tendríamos una tasa de cobertura de educación superior del 80 ó 90 por ciento, pero la inmensa mayoría evidentemente no son de calidad, son universidades “garaje”, “patito’”. Lamentó que hoy en día cualquier espacio donde se enseña ya se le llama universidad, eso no es posible, aquí se cumplió el sueño de Fox, la changarrización de los espacios universitarios. Aclaro; le faltó decir que también tenemos algunas que son patotototas.

El suscrito ha tenido la oportunidad de visitar a muchas universidades privadas en esta ciudad, (de pequeñas a medianas), algunas con nombres rimbombantes que uno pudiera pensar son verdaderos centros de investigación y enseñanza, para proponerles un cambio radical en los planes de estudio de las carreras tradicionales y posgrados, por considerar que muchos ya resultan obsoletos, no tienen calidad y no sirven para nada, más que para finalmente obtener un título “patito”, así como para proponer la impartición de otras nuevas que no se imparten en México, pero los rectores o dueños y socios de éstas nos les da miedo cambiar, les da pánico y deciden no modernizarse. Por otro lado he observado que la matrícula en sus aulas es muy reducida, entre 6 y 12 alumnos, lo que hace que no tengan los recursos económicos suficientes para su correcta operación, no tienen espacios cómodos ni adecuados y lo peor, sólo pueden contratar a docentes que no llenan un mínimo de calidad para impartir la cátedra que tienen a su cargo, ni tiene la experiencia necesaria en su materia.

La propia Universidad Veracruzana ha pasado ya por esto, recordemos que en tiempos del exrector Víctor Arrendondo el CONACYT, julio de 2003, informó que cerca del 85% de los posgrados que se imparten en universidades públicas y privadas de México resultó reprobado en la evaluación que había realizado: de los 4,276 programas existentes sólo 654, el 15.30% contaban con estándares de calidad. En maestrías, de los 2,617 programas sólo 413 eran de calidad. En doctorados de los 485 programas sólo 223, el 46%, eran de calidad. En especialidades, considerado como de mayor jerarquía en el sistema científico, la situación era grave, dado que de los 1,174 programas sólo 16 de ellos, el 1%, llenan los requisitos establecidos por el CONACYT. En ese entonces la UV tenía más de 100 posgrados y después de esto se redujeron a menos de la mitad.

Peña Nieto, 1-XII-12, acaba de comprometerse a sentar las bases del Servicio Profesional de Carrera para que los ascensos de los maestros se hagan con base en méritos y habilidades, no por medio SNTE, como se hace hasta la fecha, además, de que todo aquel que aspire a ingresar, permanecer y ascender como maestro lo haga con base en su trabajo y méritos, por lo que dejará de haber plazas vitalicias en el magisterio nacional.

¿Ahora si se profesionalizará el magisterio?
De verdad que estamos muy mal. De esta forma México jamás saldrá del atraso en que vivimos.

Bien, las preguntas son: ¿Cuáles son los retos sustantivos que las universidades deben definir, programar y ejecutar? ¿Se definieron estos retos universitarios a vencer en el pasado Coloquio de Otoño, “El Futuro de las Universidades”, convocado por la Universidad Veracruzana? Si no sabemos cómo estamos, no podremos saber qué debemos hacer.