martes, 4 de diciembre de 2012


La ciencia entre líneas
Javier Flores

En su primer mensaje a la nación como presidente de la República, Enrique Peña Nieto presentó los rasgos generales de la política que guiará su gobierno. Con excepción de las 13 decisiones presidenciales que se refieren a acciones concretas a realizarse en los próximos meses, se trata de un pronunciamiento de carácter muy general en el que deben adivinarse los lazos –hasta ahora invisibles– que podrían unir los objetivos que fueron planteados con la ciencia, la tecnología y la innovación. Intentar hacer visibles estos vínculos pudiera parecer un ejercicio ocioso, pero creo que vale la pena realizarlo, pues es evidente que para alcanzar las metas planteadas el primero de diciembre en Los Pinos será indispensable el concurso de estas actividades.

Un primer aspecto es la concepción de país que tiene en mente Peña Nieto. El actual presidente considera que hay una oportunidad histórica para convertir a México en una potencia. En su mensaje expresó que vivimos en un mundo de cambios vertiginosos que se ha transformado a partir de revoluciones globales sucesivas (de la industrial a la tecnológica) y señaló –en una de las dos menciones explícitas que hizo sobre la ciencia– que quienes triunfan son los países que cuentan con las herramientas del saber científico y tecnológico. Lo anterior indica que para que México pueda despuntar en el mundo del siglo XXI la investigación científica y tecnológica deberán ocupar un papel preponderante que hasta ahora no ha tenido.

En una parte de su mensaje señaló que nuestro país puede y debe transformarse en una potencia económica emergente. No es la primera vez que escuchamos algo así. Durante su gobierno, el licenciado Felipe Calderón Hinojosa –que para fortuna del avance científico y otros temas se despidió ese mismo día– había planteado que BRIC se escribe con M, refiriéndose a que el grupo de potencias emergentes integrado por Brasil, Rusia, India y China no podía entenderse sin la presencia de México. Solo que estos países invierten en investigación y desarrollo recursos muy por encima del uno por ciento de su producto interno bruto (PIB), mientras el nuestro solamente destina 0.4 por ciento. Convertir a México en potencia emergente pasa necesariamente por un incremento sustancial de recursos para estas actividades.

Otro aspecto importante fue la idea expresada por Peña sobre la relación de su gobierno con la sociedad. Manifestó su deseo de que sean las buenas propuestas las que guíen su gestión. Un gobierno abierto a las voces de la ciudadanía y ejecutor de las mejores ideas de los ciudadanos. En este punto señaló que mantendrá estrecha relación con las organizaciones de la sociedad civil y explícitamente con los creadores y científicos. Lo anterior deberá traducirse en un intercambio vigoroso de ideas con las organizaciones científicas del país. Algunas de las propuestas para garantizar el avance científico y tecnológico y con ello impulsar el desarrollo del país ya están en manos de él y su equipo, desde la formación del grupo de transición.

Uno de los temas más importantes planteados el sábado por el licenciado Peña Nieto es el que se refiere a la educación. En el tercer eje de su política, insistió en el tema de la calidad educativa. Aprovechar el talento, la creatividad y capacidad innovadora de los jóvenes para llegar al nivel de los países desarrollados fue uno de los propósitos planteados. Aunque no se refirió específicamente a algún nivel educativo en particular, resulta claro que es necesario transformar el sistema educativo en su conjunto, desde los niveles básicos hasta el posgrado. Para alcanzar un desarrollo como el de las naciones a las que se pretende igualar se requerirá de una gran transformación en el nivel terciario, lo que implica el crecimiento en número y el fortalecimiento de las instituciones de educación superior.

En una de las 13 medidas de aplicación inmediata, anunció la creación de un Sistema Nacional de Evaluación Educativa para identificar las necesidades de mejora de los maestros y otros integrantes del sistema educativo. Gran parte de los rezagos a los que se refirió en su mensaje se encuentra en la enseñanza de las ciencias y las matemáticas, áreas en las que nuestro país obtiene las puntuaciones más bajas en las evaluaciones internacionales. Combatir este atraso implica desarrollar programas para capacitar a los maestros, lo que puede lograrse aprovechando la experiencia de las organizaciones científicas en este campo, como el programa La Ciencia en tu Escuela, que realiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), dirigido a maestros. También, mediante el fortalecimiento de las instituciones de educación superior públicas, pues son ellas las que pueden transmitir estos saberes al resto del sistema.

Para que puedan materializarse los propósitos expresados por el presidente Peña Nieto y establecerse los puentes con las actividades científicas y tecnológicas que permitan lograrlos, será necesario contar con una estructura que lo haga posible. Queda claro que, al menos en el arranque del nuevo gobierno, no será creada una secretaría de ciencia, tecnología e innovación como la que había sido propuesta por numerosos sectores. Entonces, deberá funcionarse de manera eficiente con la organización actual que contemplan las leyes, lo que implica que el primer mandatario deberá dedicar atención especial a las mismas. También, las posibilidades de avance dependerán de los nombramientos que serán anunciados en los próximos días, en los cuales debería evitarse incluir a personas que carecen de los conocimientos y experiencia en el campo de la ciencia y la tecnología, como desafortunadamente ha ocurrido en el pasado.