La ciencia entre líneas
Javier
Flores
En su
primer mensaje a la nación como presidente de la República, Enrique Peña Nieto
presentó los rasgos generales de la política que guiará su gobierno. Con
excepción de las 13 decisiones presidenciales que se refieren a acciones
concretas a realizarse en los próximos meses, se trata de un pronunciamiento de
carácter muy general en el que deben adivinarse los lazos –hasta ahora
invisibles– que podrían unir los objetivos que fueron planteados con la
ciencia, la tecnología y la innovación. Intentar hacer visibles estos vínculos
pudiera parecer un ejercicio ocioso, pero creo que vale la pena realizarlo,
pues es evidente que para alcanzar las metas planteadas el primero de diciembre
en Los Pinos será indispensable el concurso de estas actividades.
Un primer
aspecto es la concepción de país que tiene en mente Peña Nieto. El actual
presidente considera que hay una oportunidad histórica para convertir a México
en una potencia. En su mensaje expresó que vivimos en un mundo de cambios
vertiginosos que se ha transformado a partir de revoluciones globales sucesivas
(de la industrial a la tecnológica) y señaló –en una de las dos menciones
explícitas que hizo sobre la ciencia– que quienes triunfan son los países que
cuentan con las herramientas del saber científico y tecnológico. Lo anterior
indica que para que México pueda despuntar en el mundo del siglo XXI la
investigación científica y tecnológica deberán ocupar un papel preponderante
que hasta ahora no ha tenido.
En una
parte de su mensaje señaló que nuestro país puede y debe transformarse en una
potencia económica emergente. No es la primera vez que escuchamos algo así.
Durante su gobierno, el licenciado Felipe Calderón Hinojosa –que para fortuna
del avance científico y otros temas se despidió ese mismo día– había planteado
que BRIC se escribe con M, refiriéndose a que el grupo de potencias emergentes
integrado por Brasil, Rusia, India y China no podía entenderse sin la presencia
de México. Solo que estos países invierten en investigación y desarrollo
recursos muy por encima del uno por ciento de su producto interno bruto (PIB),
mientras el nuestro solamente destina 0.4 por ciento. Convertir a México en potencia
emergente pasa necesariamente por un incremento sustancial de recursos para
estas actividades.
Otro
aspecto importante fue la idea expresada por Peña sobre la relación de su
gobierno con la sociedad. Manifestó su deseo de que sean las buenas propuestas
las que guíen su gestión. Un gobierno abierto a las voces de la ciudadanía y
ejecutor de las mejores ideas de los ciudadanos. En este punto señaló que
mantendrá estrecha relación con las organizaciones de la sociedad civil y
explícitamente con los creadores y científicos. Lo anterior deberá traducirse
en un intercambio vigoroso de ideas con las organizaciones científicas del
país. Algunas de las propuestas para garantizar el avance científico y
tecnológico y con ello impulsar el desarrollo del país ya están en manos de él
y su equipo, desde la formación del grupo de transición.
Uno de
los temas más importantes planteados el sábado por el licenciado Peña Nieto es
el que se refiere a la educación. En el tercer eje de su política, insistió en
el tema de la calidad educativa. Aprovechar el talento, la creatividad y
capacidad innovadora de los jóvenes para llegar al nivel de los países
desarrollados fue uno de los propósitos planteados. Aunque no se refirió
específicamente a algún nivel educativo en particular, resulta claro que es
necesario transformar el sistema educativo en su conjunto, desde los niveles
básicos hasta el posgrado. Para alcanzar un desarrollo como el de las naciones
a las que se pretende igualar se requerirá de una gran transformación en el
nivel terciario, lo que implica el crecimiento en número y el fortalecimiento
de las instituciones de educación superior.
En una de
las 13 medidas de aplicación inmediata, anunció la creación de un Sistema
Nacional de Evaluación Educativa para identificar las necesidades de mejora de
los maestros y otros integrantes del sistema educativo. Gran parte de los
rezagos a los que se refirió en su mensaje se encuentra en la enseñanza de las
ciencias y las matemáticas, áreas en las que nuestro país obtiene las puntuaciones
más bajas en las evaluaciones internacionales. Combatir este atraso implica
desarrollar programas para capacitar a los maestros, lo que puede lograrse
aprovechando la experiencia de las organizaciones científicas en este campo,
como el programa La Ciencia en tu Escuela, que realiza la Academia Mexicana de
Ciencias (AMC), dirigido a maestros. También, mediante el fortalecimiento de
las instituciones de educación superior públicas, pues son ellas las que pueden
transmitir estos saberes al resto del sistema.
Para que
puedan materializarse los propósitos expresados por el presidente Peña Nieto y
establecerse los puentes con las actividades científicas y tecnológicas que
permitan lograrlos, será necesario contar con una estructura que lo haga
posible. Queda claro que, al menos en el arranque del nuevo gobierno, no será
creada una secretaría de ciencia, tecnología e innovación como la que había
sido propuesta por numerosos sectores. Entonces, deberá funcionarse de manera
eficiente con la organización actual que contemplan las leyes, lo que implica
que el primer mandatario deberá dedicar atención especial a las mismas.
También, las posibilidades de avance dependerán de los nombramientos que serán
anunciados en los próximos días, en los cuales debería evitarse incluir a
personas que carecen de los conocimientos y experiencia en el campo de la
ciencia y la tecnología, como desafortunadamente ha ocurrido en el pasado.