viernes, 8 de marzo de 2013


Las maestras, la maestra
Gabriela Rodríguez

Con descomunales las desigualdades que existen hoy, a más de 100 años de que la dirigente alemana Clara Zetkin invitara a celebrar, en la segunda Conferencia Internacional Socialista de Copenhague, un día dedicado a los derechos de las mujeres trabajadoras. Porque la agenda del feminismo es una agenda contra las desigualdades todas, y resulta increíble que todavía hoy tengamos que subrayar la manera en que la discriminación hacia el sexo femenino sigue impactado las condiciones en que viven las mujeres.

Hay una mayoría de mujeres docentes, no sólo porque la cultura valora la educación de los niños como una extensión del rol materno, sino en particular porque sigue concentrándose el trabajo doméstico en ellas, y al considerar que el horario de las escuelas es menor al de otros empleos, resulta una opción para muchas mujeres, aunque no sea esa su vocación. El porcentaje de docentes del sexo femenino es amplísimo en los primeros niveles de la educación básica y va disminuyendo conforme se avanza de grado, hasta alcanzar menos de la mitad en los niveles más altos: en el nivel prescolar 97.9 por ciento son mujeres educadoras, en primaria 65.9 por ciento, el porcentaje en secundaria es de 47.2, mientras que en bachillerato y normales es de 44.

Gran cantidad de esas maestras trabajan en las áreas rurales, muchas de las cuales he tenido oportunidad de conocer en los proyectos que trabajo. Ellas reciben un ingreso de 4 mil 500 pesos mensuales y están conscientes de que ese ingreso es muy bajo, lo aceptan porque el horario es corto, de cuatro a cinco horas diarias, lo cual les permite recoger a sus hijos, llegar a hacer la comida, ayudar a las tareas, limpiar la casa y demás. Algunas dejaron de trabajar en las escuelas cuando se hicieron madres, así que cuando crecieron sus bebés o cuando se separaron regresaron a solicitar trabajo, pero entraron en una competencia desventajosa frente a las y los docentes que ya tenían años de experiencia, lo cual algunas veces las llevó a tomar grupos escolares sin plaza y con mínimas condiciones salariales. Hay otras docentes que también trabajan en las zonas rurales y semiurbanas pero ganan el doble (como 8 mil pesos) y tienen plaza, algunas de ellas me contaron que lo lograron porque decidieron participar todo el año, incluyendo los fines de semana, en las jornadas electorales del candidato que les asigna el supervisor de la SEP o del SNTE, y así pudieron acceder a esa significativa recompensa.

Después de la captura de la maestra –aquí el singular toma el significado de ex líder del SNTE–, se habla de un desfalco de 2 mil millones de pesos. Lo más significativo: los invirtió Elba Esther en propiedades lujosísimas, diamantes y obras de arte; además se han pagado cursos en California sobre técnicas electorales a secretarios de las secciones sindicales. Tan sólo en tiendas de ropa señalan 22 pagos por más de 2 millones de dólares a su tarjeta de crédito por compras en Neiman Marcus. Nadie como la maestra nos ha enseñado tanto sobre marcas de ropa internacionales, un saber tan sustancial para el desarrollo de las niñas de México: ¿tal vez puedan llegar a ser secretarias de Estado, primeras damas o senadoras? Que son quienes usan esas marcas, además de Mónica Arriola Gordillo, la hija de la maestra y actual secretaria de la Comisión de Derechos Humanos e integrante de la Comisión para la Igualdad de Género.

Todas las mujeres deberíamos exigir que confisquen los bienes de la maestra, y de tantos otros políticos defraudadores, para que se dirigieran esos fondos a mejorar las condiciones laborales de las mujeres. Ampliar el horario de las escuelas puede ser un beneficio para las maestras: ellas podrían ganar más por las horas extras, y el resto de las madres podrían acceder a trabajos de horarios más largos y mejor pagados, mientras sus hijos atienden las clases. Todos los candidatos, incluyendo a EPN, se comprometieron a abrir escuelas de tiempo completo; creo que para que se cumpla, se podría atacar la corrupción en todos los frentes, y recuperar los recursos del Estado.

Porque el tema educativo y económico es clave para el crecimiento de las mujeres y para el desarrollo de las sociedades. Aunque todos los candidatos se comprometieron con una agenda de género, hasta hoy no parece ser una prioridad, ni en el ámbito nacional ni en el local. Importante, que las mujeres de Morena decidan organizar este 8 de marzo una manifestación en Hacienda para evitar que se incremente el IVA a la comida y las medicinas; y que las feministas de la ciudad de México decidimos declinar la invitación a la celebración organizada por el Instituto de las Mujeres del DF, porque Miguel Angel Mancera no ha respondido a múltiples llamados para acordar la agenda de género de esta ciudad.

En el Día Internacional de las Mujeres quiero dedicar esta colaboración a las maestras de las escuelas de México.