miércoles, 27 de marzo de 2013


TIC y educación
Por Alberto Serdán.

Se han llevado a cabo sendos eventos que hacen la delicia de quienes gustan de la tecnología, los gadgets y su uso en la vida cotidiana para construir conocimiento, apuntalar causas sociales, hacer un mejor uso del tiempo, en fin. #AldeaDigital en el Zócalo y #TechCamp en la UNAM han sido nodos de conversación sobre el presente y futuro de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En ambos espacios se remarcó su importancia y potencialidad para la educación. ¿Qué hizo el gobierno federal al respecto en los últimos dos sexenios?

Las tecnologías importan, el gobierno lo sabe y gasta mucho dinero en ello. Pero es tanto el dinero involucrado, que debe gastarse bien. En los sexenios de Fox y Calderón cinco programas concentraron los recursos para el fomento de las tecnologías en la educación: Enciclomedia, Habilidades Digitales para Todos, Aulas Telemáticas en Primaria, el Fondo para el Mejoramiento de las Tecnologías Educativas y el Proyecto “Apoyo de Tecnologías Educativas y de la Información para Maestros de Educación Básica”. Todos ellos sumaron 38 mil 427 millones 910 mil 182 pesos.

Enciclomedia se propuso vincular los contenidos de los libros de texto gratuito y diversos recursos multimedia para apoyar a los docentes. Buscó equipar a 125 mil aulas de 5º y 6º de primaria con pizarrones electrónicos. En sus ocho años de existencia, el programa tuvo un presupuesto de 23 mil 955 millones de pesos. Al fiscalizar la Cuenta Pública 2009, la Auditoría Superior de la Federación, órgano de fiscalización del Estado mexicano, detectó que:

La Capacitación sigue siendo la principal área de oportunidad detectada tanto por profesores como por Directores, pues en la actualidad se considera que el Programa Enciclomedia se subutiliza por la falta de conocimiento y desarrollo de habilidades técnicas.

[…] El Gobierno Federal ejerció en 2009 un importe de 4,786,029.5 miles de pesos en el Programa E001 Enciclomedia 5° y 6° Año de Primaria sin demostrar una mejora sustentable en la calidad de la educación primaria.

A las irregularidades se sumaron el robo de equipo, la falta de controles para saber si se entregó, si funciona, si requiere reparaciones. El resultado: equipos arrumbados y un desconocido impacto educativo correspondiente a los cuantiosos recursos destinados.

En 2008 se lanzó Habilidades Digitales para Todos (HDT) a fin de dotar de laptops y conexión a internet a 320 mil aulas de secundaria. Para 2011 se habían presupuestado 6 mil 495 millones de pesos en tres años y la Auditoría en sus informes de las Cuentas 2009, 2010 y 2011 señaló que debían regresarse o aclararse por malos manejos el 63% de los recursos presupuestados, es decir, 4 mil 068 millones de pesos.

El Proyecto “Apoyo de Tecnologías Educativas y de la Información para Maestros de Educación Básica” fue producto de la negociación con el Sindicato al que se destinaron mil 692 millones de pesos en estos dos sexenios  para distribuir 260 mil computadoras entre los maestros afines a los líderes del SNTE, una quinta parte de los maestros en educación básica. No existe evidencia concreta del impacto de este programa en el logro en el aprendizaje de los niños. Peor aún, en la revisión de la Cuenta Pública 2010 la Auditoría  señaló que el 95.5% de los recursos ejercidos para este proyecto debían regresarse o aclararse debido a irregularidades como la opacidad en la selección de los beneficiarios, inexistencia de evidencia de la entrega del equipo, falta de expedientes y de pago.

El Programa Aulas Telemáticas en Primaria sustituyó a Enciclomedia y recibió un presupuesto por 3 mil 175 millones de pesos en 2012. Hay que esperar hasta dentro de dos años para que la Auditoría nos ilustre sobre el uso de esos recursos aunque las cancelaciones en ese año a las licitaciones para comprar el equipo hacen suponer que tal dinero simplemente no se ejerció.

Finalmente, sobre el Fondo para el Mejoramiento de las Tecnologías Educativas que entre 2008 y 2010 recibió mil 311 millones de pesos, simplemente no hay datos sobre su uso o impacto por parte de la Auditoría.

Si las TIC son tan vitales para la educación, la calidad en el diseño, la implementación y la evaluación de los programas gubernamentales sí importan. De otro modo será una pérdida masiva de dinero. Así, a la par de la formación en competencias digitales a los profesores, se requiere de un uso mucho más eficiente y transparente de los recursos a los programas destinados al impulso de las TIC en la educación.

No basta con entregar recursos y regalar computadoras, deben mejorarse el diseño y planeación de los programas, debe fomentarse la participación de profesores y padres de familia para identificar sus necesidades y precisar el tipo de apoyo tecnológico que requieren, deben establecerse con claridad las metas y objetivos educativos que se proponen alcanzar.

Debe mejorarse la implementación, que limite los espacios de corrupción, que sea eficiente y equitativa la distribución de los recursos económicos y tecnológicos, que monitoree el avance en el cumplimiento de los objetivos educativos, que ofrezca acompañamiento efectivo a los profesores para que aprovechen al máximo el potencial de las herramientas tecnológicas.

Es indispensable que mejoren la evaluación y el control de estas políticas. El gobierno y la sociedad debemos tener la certeza de que la inversión en tecnología tiene un impacto en el aprendizaje de los niños y en el ejercicio de su derecho a aprender, fin último y centro de toda política educativa.

En sí, la inversión en tecnología debe evaluarse a la luz de otras alternativas que mejoren el aprendizaje de los niños. Por ejemplo, en las telesecundarias, la revolución se está dando en las prácticas docentes y no en las tecnologías. Con el 0.8% del presupuesto para los programas tecnológicos mencionados, en tan sólo dos años las telesecundarias que empezaron a usar la metodología de la relación tutora, como se menciona en el post “Hacer la diferencia en educación” (Animal Político, 30/I/2013), “tenían en 2009 una brecha de 5.4 puntos porcentuales en los resultados de Español en secundaria respecto del resto de las escuelas. Dos años después, revirtió el resultado y estas escuelas tienen logros por encima del resto de las secundarias. En el rubro “bueno” y “excelente” en Matemáticas, estas escuelas pasaron del último al primer lugar en tan sólo dos años”.

Las tecnologías son una herramienta. Muy importante y poderosa, pero herramienta al fin y al cabo. Si no sirven al propósito del logro de aprendizaje de los niños, no serán más que un fetiche muy caro para los contribuyentes.

Como ha identificado la investigadora Rebeca Garzón Clemente en un estudio sobre las actitudes de los profesores chiapanecos,  “los maestros valoran positivamente el uso de las TIC en sus aulas, por lo que han atendido a su capacitación en la materia. Sin embargo se observa que no se ha encontrado la manera de que estas competencias no se queden en el plano técnico de la instrumentación (saber utilizar una herramienta), sino que debe atenderse la necesidad de formación para su uso didáctico y pedagógico. Se puede afirmar que los profesores están alfabetizados digitalmente, pues existe el conocimiento, la disposición, el uso de las TIC en la vida cotidiana y profesional; sin embargo es la institución la que debe trabajar en el replanteamiento de sus propios procesos de aprendizaje, la visión de inclusión efectiva de las TIC en el currículum y una formación de su planta docente para la generación de conocimiento”.

Si queremos que los beneficios de las tecnologías impacten en las aulas y mejoren el aprendizaje de los niños, no perdamos de vista que es fundamental el correcto diseño, planeación, implementación, evaluación y control que asegure un uso eficiente, eficaz, económico, honrado y transparente de los recursos en los programas que impulsen el uso de las TIC en la educación. Por lo pronto, para que lo de Elba Esther no sea un simple “quinazo”, no estaría mal llamar a cuentas a los responsables del desastre y que devuelvan el dinero. Publicó Animal Político.