lunes, 4 de marzo de 2013


¿No que no se podía?

BLANCA HEREDIA

Un golpe redondo, directo, certero a la mujer más odiada de México (-57% de opinión efectiva según datos de Parametría). Un golpe al hígado a “la maestra” que pone a todos sus secuaces, testaferros y amanuenses a temblar.

Los que tienen pasaporte, seguramente pusieron o están poniendo pies en polvorosa. Los que no saben bien si pueden acabar inculpados, seguramente se juraron no decir ni esta boca es mía el mismo martes en la noche. Un golpe que, encima y al mismo tiempo, muy probablemente anonada y enoja a muchísimos maestros del país. ¿Cómo podría, me pregunto yo, no enojarse un maestro que, bien pagado, gana 10,000.00 pesos al mes al enterarse de que su líder se gastó (con el dinero que la Secretaría de Hacienda le descuenta de su cheque, en automático, cada quincena por concepto de su cuota sindical), más del triple de esa cifra al DÍA en promedio, solamente en compras en la tienda americana de lujo —Neiman Marcus— entre marzo de 2009 y enero de 2012?

En suma: la detención de EEG sobre la base de la presunta comisión de operaciones con recursos de procedencia ilícita fue un tiro de precisión que la distancia, simultáneamente, de sus cómplices y soportes, por un lado, y de, al menos parte, de sus bases, por otro. Ningún otro golpe hubiera logrado dejarla tan sola y tan expuesta. “Detenida por evasión al fisco” o, incluso, “Detenida por presunto asesinato” hubieran sido, en comparación, dardos mucho menos letales.

La precisión del tiro y su muy cuidada ejecución han revelado que, al menos hasta el momento, la autodenominada “guerrera” a la que diversos gobiernos —en particular, los dos últimos encabezados por el PAN— tanto temían y tanto poder le entregaron es y era, en buena medida, una tigresa de papel. Así lo indica la moderación extrema de las declaraciones con respecto a su detención del liderazgo del SNTE y del propio Panal. Así lo sugiere también el hecho de que, contra lo que durante tanto tiempo nos dijeron los responsables de conducir al país, ponerle un alto a EEG no haya significado poner en riesgo la paz social del país.

La detención de la señora Gordillo, evidentemente, no resuelve los problemas de gobernabilidad de México. Tampoco supone, en sí misma, el fin del corporativismo sindical gangsteril y corrupto, ni asegura, en absoluto, el éxito de la reforma educativa en curso. Lo que sí hace, sin embargo, es mostrar que la política puede ser productiva, que el gobierno puede ser eficaz y que la voluntad política es una variable fundamental en la conducción de la cosa pública. Mostrarlo no es cosa menor, particularmente después de tantos años de desprestigio completo de la política y del gobierno, y de una sociedad que a fuerza de mirarse en el espejo de políticos omisos y presuntamente impotentes frente a la impudicia y la impunidad de los grupos de poder concentrado, se había venido haciendo cada vez más cínica y menos capaz de imaginar que era y es capaz de ponerles un hasta aquí.

Publicado en La Razón