Piden evaluar para mejorar, no para fiscalizar
LUIS MANUEL MENDOZA
El trabajo docente, de ninguna manera fácil con la
diversidad de contextos del país, debe ser evaluado con el objetivo de mejorar
su desempeño y de ninguna manera la evaluación debe estar bajo criterios
empresariales sino a través del conocimiento de la práctica docente, con el
objetivo de que el profesor sea apoyado en sus áreas débiles, aseguraron
especialistas en el Seminario Especializado sobre la Reforma Constitucional en
Materia Educativa.
Sylvia Schmelkes y Elsi Rockwell, académicas de la
Universidad Iberoamericana y el Departamento de Investigaciones Educativas del
CINVESTAV, respectivamente, apoyaron la definición de una evaluación que mejora
la práctica docente, más no en una que su objetivo sea premiar o fiscalizar su
tarea.
Rockwell insistió en que algunas de las prácticas deseables
para el Servicio Profesional Docente es la “evaluación de practicas durante la
formación”, la cual aprovecha el criterio de los formadores de docentes y
maestros experimentados, y podría realizarse durante los primeros años al
frente del aula.
Además propuso la “evaluación colectiva entre pares y
directivos”, que ayuda a asumir una responsabilidad colectiva y que favorece
las actividades colegiadas de formación desde el aula. Y una última práctica
sería la “evaluación de padres de familia y estudiantes”, que ayudará a tomar
enserio las opiniones de los padres, especialmente para detectar abusos.
Schmelkes tomó partida por una definición general de cuatro
puntos sobre lo que debería ser evaluado del trabajo docente:
1.- Planeación y la preparación de la clase, que incluye el
dominio de la materia y donde el docente proporciona las herramientas para que
todos los alumnos puedan aprender.
2.- Clima del aula. Este concepto tiene que ver con la
construcción de un clima cómodo, respetuoso, seguro, con altas expectativas y
que muestre el compromiso del maestros. Éste debería ser evaluado por
observación y con entrevistas a maestros y alumnos.
3.- Diseño fino de la instrucción. Evaluar que los alumnos
se enganchen en las actividades de aprendizaje, desarrollen una comprensión
profunda y compleja.
4.- Responsabilidad profesional. Esa que no termina en las
cuatro paredes del aula y que evalúa la relación del profesor con las familias
y su comunidad.
Por su parte, Elsie Rockwell hizo un llamado a tomar en
cuenta que el trabajo docente no es una tarea fácil. “La consigna formal de
asegurar que todos los alumnos del grupo dominen todos los contenidos y
competencias evaluables propuestos para el grado en un año escolar, es imposible
de cumplir” dijo.
Schmelkes añadió que deberá definirse que todos los
parámetros deber estar basados en la diferencia de cada docente, de cada
alumno, de cada contexto.
La propuesta final de Sylvia Schmelkes dice que la
evaluación del desempeño docente sugerida en 2010 al gobierno federal por ella
y el investigador Carlos Mancera, está estructurada en visitas periódicas en el
centro de trabajo por una pareja de evaluadores cuidadosamente elegidos; añadió
que su propuesta no está lejana de la realidad, ya que se necesitarían 5 mil
evaluadores y podrían ser extraídos del grupo de Asesores Técnico-Pedagógicos
que ya existen.