martes, 23 de abril de 2013


Defenderé la UNAM con inteligencia, legalidad y prudencia
José Narro Robles*

Buenos días tengan todas y todos ustedes; les agradezco mucho su asistencia a esta conferencia de prensa que tiene como propósito fijar el punto de vista de la rectoría frente a los acontecimientos recientes, originados a partir, en esta fase, del pasado viernes.

Gracias a todas y todos por acudir; son por supuesto muy bienvenidos.

Si me lo permiten voy a glosar con ustedes algunos puntos para que, al término de esta presentación, podamos pasar a preguntas y respuestas. Le he pedido a algunos colaboradores que me acompañen y que participen con alguna información.

Quiero empezar esta presentación diciendo que desafortunadamente, de nueva cuenta, la Universidad Nacional Autónoma de México se ve afectada; que una vez más, a través de la violencia, se expresa un grupo de personas inconformes que interrumpe la normalidad en el trabajo de nuestra casa de estudios; que otra vez se afectan algunas tareas fundamentales y que, por supuesto, también se proyecta una imagen de la Universidad que para nada se corresponde con la realidad de nuestra institución.

En numerosas ocasiones me he pronunciado en el sentido de que la impunidad y la falta de respeto a la legalidad forman parte del origen de múltiples problemas de nuestra sociedad. Por ello, lo digo con claridad y contundencia, en este caso, no habrá impunidad y se seguirá actuando a fondo y con apego a la legislación.

Estoy convencido, por otra parte, que el diálogo es la manera de atender las diferencias, pero que ese diálogo debe ser un diálogo real y sin violencia, un diálogo planteado y articulado para entender y resolver, y de ninguna manera, para confundir y pretender derrotar.

Soy un convencido de que los estudiantes no actúan en el anonimato, encubiertos y menos con el uso de la fuerza. No tengo duda de que los jóvenes mexicanos y los estudiantes en particular, tienen sobradas razones para expresar su inconformidad por el estado de cosas que les afecta, pero nunca a hacerlo con violencia.

Frente a la sinrazón, la imposición y la violencia, las respuestas deben ser dadas a partir de la inteligencia, el apego a la legalidad y la prudencia.

Quiero recordarles a ustedes y, a través de los medios de comunicación que representan, a la sociedad y a nuestra comunidad, que el origen del problema que en esta etapa nos afecta no es otro que la violencia. La violencia ejercida por algunos alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades del plantel Naucalpan que el primero de febrero, viernes por la noche, y sin mediar ninguna razón justificada, agredieron a un grupo de trabajadores que resultaron lesionados y quienes presentaron la denuncia correspondiente, además de que la autoridad del plantel, el director, en apego a lo que la legislación le permite y le obliga, levantó las actas respectivas y expulsó provisionalmente a cinco estudiantes.

Como reacción a esto, el 5 de febrero, ellos y otros alumnos actuaron con una violencia desusada, pretendieron incendiar el edificio de la dirección, prendieron objetos incendiarios dirigiéndolos en contra de profesores y trabajadores del plantel y estallaron petardos, lesionando a una estudiante. Por esos hechos, algunos jóvenes fueron remitidos a la autoridad competente, además de que se levantaron las actas respectivas, que fueron turnadas al Tribunal Universitario.

De otra parte, porque así se ha argumentado, por esos días coincidió la expresión de una inconformidad con el proceso de revisión del plan de estudios del Colegio.

En este punto, quiero ser muy contundente, por acuerdo del Consejo Técnico, se informó a la comunidad del Colegio que en la revisión no se afectarían los principios pedagógicos y doctrinarios que dieron origen al Colegio de Ciencias y Humanidades. Además, el Consejo Técnico y las comisiones formadas por este órgano colegiado decidieron abrir un periodo de discusión en toda la comunidad hasta el 30 de noviembre próximo. Ningún cambio, ninguna modificación, se hará, en consecuencia, sin la participación y el acuerdo mayoritario de la comunidad.

Quiero referirme ahora al caso del Tribunal Universitario. Un total de 15 alumnos fueron remitidos para que ese órgano determinara lo conducente en razón de los hechos del uno y el 5 de febrero. Se han seguido los conductos, se han cumplido los plazos y procedimientos establecidos en la legislación universitaria, se han desahogado las audiencias establecidas programadas y el Tribunal Universitario recibió las evidencias y tomó nota de las declaraciones de los involucrados. Muy pronto dará su veredicto. Los afectados por las sanciones tienen derechos que están a salvo, pero ahora, con la conducta tomada, están abriendo nuevas causas.

Con las acciones realizadas el viernes pasado, se afecta a la Universidad, se vulneran los principios que nos rigen y se perturban las condiciones en las que se debe desarrollar el trabajo de los universitarios, además de que se trastoca, como ya lo dije, la imagen de nuestra casa de estudios y se interrumpen o afectan actividades fundamentales.

Al respecto, quiero decirles que la toma de la rectoría, con lujo de violencia, está afectando el proceso de registro del pase reglamentado de alumnos regulares de la UNAM a la licenciatura, el registro de calificación de nuestros estudiantes y el propio proceso del examen de admisión. De igual forma, se han interrumpido el pago a proveedores y el de las nóminas atrasadas a trabajadores y académicos de la UNAM, al tiempo que se lastima el funcionamiento normal de las comisiones del Consejo Universitario y de diversos comités académicos y administrativos, fundamentales para la buena marcha de nuestra institución.

También han resultado afectados la gestión y operación del presupuesto universitario, el manejo normal de distintos programas de becas y servicio social, al igual que la tramitación de los asuntos jurídicos y los recursos legales en los que la Universidad tiene interés jurídico, entre muchas otras actividades de la vida cotidiana.

Los responsables de este acto deberán responder de su conducta frente a nuestra comunidad, frente a las autoridades judiciales y, tristemente, también frente a la historia.

A quienes dirigieron y realizaron este vergonzoso incidente, les digo con toda claridad que no se atrevan a saquear una vez más el patrimonio de la nación, como lo hicieron el 6 de febrero pasado en las instalaciones de la Dirección General del CCH. Los estudiantes no hurtan. A los ocupantes de la torre los responsabilizo de la integridad de nuestro bienes, de la información y los archivos resguardados en las oficinas y de la violencia que ellos están propiciando.

Para mí, ser rector de la Universidad Nacional Autónoma de México es la mayor distinción a la que podía aspirar. Mi compromiso ha sido y seguirá siendo la Universidad: su integridad, su funcionamiento pertinente y la superación académica de nuestra casa. No tengo ni he tenido ningún otro interés.

Voy a defender a nuestra Universidad con toda entereza y sin caer en provocaciones, actuaré en todo momento pensando en el bien de ella y con pleno apego a los principios en los que creo con firmeza. Tengo, por otra parte, la convicción de que la Universidad saldrá adelante de este trance y que su comunidad sabrá estar a la altura del desafío que hoy enfrenta nuestra casa de estudios.

Por todo ello, exhorto a quienes indebidamente han tomado nuestras instalaciones a que las desalojen de inmediato. A la comunidad universitaria, a que se exprese sin violencia, rechazando la que algunas personas han ejercido; a esos grupos sin razones válidas, que hacen el juego a las posiciones más conservadoras, que no tienen legitimidad alguna, que actúan con autoritarismo y al margen de la inmensa mayoría de la comunidad, se les debe responder, como ya lo indiqué, con inteligencia, con legalidad, con organización y movilización pacífica y prudente.

No responderemos a la provocación, actuando con violencia. A las organizaciones académicas, universitarias y profesionales, les convoco a que se expresen dando su opinión respecto de este problema. De igual forma, a las estructuras de la sociedad, para que se sumen solidariamente con la Universidad de México, con sus principios y tareas.

Universum, Ciudad Universitaria
*Palabras iniciales del rector de la UNAM en la conferencia de medios para fijar la postura de la institución frente a la toma de la rectoría.