Defenderé
la UNAM con inteligencia, legalidad y prudencia
José
Narro Robles*
Buenos
días tengan todas y todos ustedes; les agradezco mucho su asistencia a esta
conferencia de prensa que tiene como propósito fijar el punto de vista de la
rectoría frente a los acontecimientos recientes, originados a partir, en esta
fase, del pasado viernes.
Gracias a
todas y todos por acudir; son por supuesto muy bienvenidos.
Si me lo
permiten voy a glosar con ustedes algunos puntos para que, al término de esta
presentación, podamos pasar a preguntas y respuestas. Le he pedido a algunos
colaboradores que me acompañen y que participen con alguna información.
Quiero
empezar esta presentación diciendo que desafortunadamente, de nueva cuenta, la
Universidad Nacional Autónoma de México se ve afectada; que una vez más, a
través de la violencia, se expresa un grupo de personas inconformes que
interrumpe la normalidad en el trabajo de nuestra casa de estudios; que otra
vez se afectan algunas tareas fundamentales y que, por supuesto, también se
proyecta una imagen de la Universidad que para nada se corresponde con la
realidad de nuestra institución.
En
numerosas ocasiones me he pronunciado en el sentido de que la impunidad y la
falta de respeto a la legalidad forman parte del origen de múltiples problemas
de nuestra sociedad. Por ello, lo digo con claridad y contundencia, en este
caso, no habrá impunidad y se seguirá actuando a fondo y con apego a la
legislación.
Estoy
convencido, por otra parte, que el diálogo es la manera de atender las
diferencias, pero que ese diálogo debe ser un diálogo real y sin violencia, un
diálogo planteado y articulado para entender y resolver, y de ninguna manera,
para confundir y pretender derrotar.
Soy un
convencido de que los estudiantes no actúan en el anonimato, encubiertos y
menos con el uso de la fuerza. No tengo duda de que los jóvenes mexicanos y los
estudiantes en particular, tienen sobradas razones para expresar su
inconformidad por el estado de cosas que les afecta, pero nunca a hacerlo con
violencia.
Frente a
la sinrazón, la imposición y la violencia, las respuestas deben ser dadas a
partir de la inteligencia, el apego a la legalidad y la prudencia.
Quiero
recordarles a ustedes y, a través de los medios de comunicación que
representan, a la sociedad y a nuestra comunidad, que el origen del problema
que en esta etapa nos afecta no es otro que la violencia. La violencia ejercida
por algunos alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades del plantel Naucalpan
que el primero de febrero, viernes por la noche, y sin mediar ninguna razón
justificada, agredieron a un grupo de trabajadores que resultaron lesionados y
quienes presentaron la denuncia correspondiente, además de que la autoridad del
plantel, el director, en apego a lo que la legislación le permite y le obliga,
levantó las actas respectivas y expulsó provisionalmente a cinco estudiantes.
Como
reacción a esto, el 5 de febrero, ellos y otros alumnos actuaron con una
violencia desusada, pretendieron incendiar el edificio de la dirección,
prendieron objetos incendiarios dirigiéndolos en contra de profesores y
trabajadores del plantel y estallaron petardos, lesionando a una estudiante.
Por esos hechos, algunos jóvenes fueron remitidos a la autoridad competente,
además de que se levantaron las actas respectivas, que fueron turnadas al
Tribunal Universitario.
De otra
parte, porque así se ha argumentado, por esos días coincidió la expresión de
una inconformidad con el proceso de revisión del plan de estudios del Colegio.
En este
punto, quiero ser muy contundente, por acuerdo del Consejo Técnico, se informó
a la comunidad del Colegio que en la revisión no se afectarían los principios
pedagógicos y doctrinarios que dieron origen al Colegio de Ciencias y
Humanidades. Además, el Consejo Técnico y las comisiones formadas por este
órgano colegiado decidieron abrir un periodo de discusión en toda la comunidad
hasta el 30 de noviembre próximo. Ningún cambio, ninguna modificación, se hará,
en consecuencia, sin la participación y el acuerdo mayoritario de la comunidad.
Quiero
referirme ahora al caso del Tribunal Universitario. Un total de 15 alumnos
fueron remitidos para que ese órgano determinara lo conducente en razón de los
hechos del uno y el 5 de febrero. Se han seguido los conductos, se han cumplido
los plazos y procedimientos establecidos en la legislación universitaria, se
han desahogado las audiencias establecidas programadas y el Tribunal
Universitario recibió las evidencias y tomó nota de las declaraciones de los
involucrados. Muy pronto dará su veredicto. Los afectados por las sanciones
tienen derechos que están a salvo, pero ahora, con la conducta tomada, están
abriendo nuevas causas.
Con las
acciones realizadas el viernes pasado, se afecta a la Universidad, se vulneran
los principios que nos rigen y se perturban las condiciones en las que se debe
desarrollar el trabajo de los universitarios, además de que se trastoca, como
ya lo dije, la imagen de nuestra casa de estudios y se interrumpen o afectan
actividades fundamentales.
Al
respecto, quiero decirles que la toma de la rectoría, con lujo de violencia,
está afectando el proceso de registro del pase reglamentado de alumnos
regulares de la UNAM a la licenciatura, el registro de calificación de nuestros
estudiantes y el propio proceso del examen de admisión. De igual forma, se han
interrumpido el pago a proveedores y el de las nóminas atrasadas a trabajadores
y académicos de la UNAM, al tiempo que se lastima el funcionamiento normal de
las comisiones del Consejo Universitario y de diversos comités académicos y
administrativos, fundamentales para la buena marcha de nuestra institución.
También
han resultado afectados la gestión y operación del presupuesto universitario,
el manejo normal de distintos programas de becas y servicio social, al igual
que la tramitación de los asuntos jurídicos y los recursos legales en los que
la Universidad tiene interés jurídico, entre muchas otras actividades de la
vida cotidiana.
Los
responsables de este acto deberán responder de su conducta frente a nuestra
comunidad, frente a las autoridades judiciales y, tristemente, también frente a
la historia.
A quienes
dirigieron y realizaron este vergonzoso incidente, les digo con toda claridad
que no se atrevan a saquear una vez más el patrimonio de la nación, como lo
hicieron el 6 de febrero pasado en las instalaciones de la Dirección General
del CCH. Los estudiantes no hurtan. A los ocupantes de la torre los
responsabilizo de la integridad de nuestro bienes, de la información y los
archivos resguardados en las oficinas y de la violencia que ellos están
propiciando.
Para mí,
ser rector de la Universidad Nacional Autónoma de México es la mayor distinción
a la que podía aspirar. Mi compromiso ha sido y seguirá siendo la Universidad:
su integridad, su funcionamiento pertinente y la superación académica de
nuestra casa. No tengo ni he tenido ningún otro interés.
Voy a
defender a nuestra Universidad con toda entereza y sin caer en provocaciones,
actuaré en todo momento pensando en el bien de ella y con pleno apego a los
principios en los que creo con firmeza. Tengo, por otra parte, la convicción de
que la Universidad saldrá adelante de este trance y que su comunidad sabrá
estar a la altura del desafío que hoy enfrenta nuestra casa de estudios.
Por todo
ello, exhorto a quienes indebidamente han tomado nuestras instalaciones a que
las desalojen de inmediato. A la comunidad universitaria, a que se exprese sin
violencia, rechazando la que algunas personas han ejercido; a esos grupos sin
razones válidas, que hacen el juego a las posiciones más conservadoras, que no
tienen legitimidad alguna, que actúan con autoritarismo y al margen de la
inmensa mayoría de la comunidad, se les debe responder, como ya lo indiqué, con
inteligencia, con legalidad, con organización y movilización pacífica y
prudente.
No
responderemos a la provocación, actuando con violencia. A las organizaciones
académicas, universitarias y profesionales, les convoco a que se expresen dando
su opinión respecto de este problema. De igual forma, a las estructuras de la
sociedad, para que se sumen solidariamente con la Universidad de México, con
sus principios y tareas.
Universum,
Ciudad Universitaria
*Palabras
iniciales del rector de la UNAM en la conferencia de medios para fijar la
postura de la institución frente a la toma de la rectoría.