jueves, 25 de abril de 2013


Democratización de la educación superior
JUAN CARLOS YÁÑEZ

En el marco de las actividades del “Núcleo de estudios e investigaciones de educación superior del Mercosur”, 18 y 19 de abril se realizó en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, el “1º Seminario Democratización de la Educación Superior. Una mirada desde el Mercosur”, con la participación de representantes gubernamentales, rectores y académicos de varios países miembros de esta región de América Latina.

Mercosur, conviene recordarlo, es un bloque geopolítico de principios de los 90, inicialmente conformado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay (temporalmente suspendido), al que se sumó Venezuela y más tarde, como asociados, Colombia, Ecuador, Perú y Chile. Además de su importancia demográfica y económica, ha sido punto de referencia política (y de preocupación para Estados Unidos), porque actualmente agrupa a varios de los gobiernos contrarios al neoliberalismo, encabezados por los Kirchner, Pepe Mujica, Rafael Correa, Evo Morales y, en su momento, Hugo Chávez.

Mercosur tiene un sector educativo, SEM, en el cual se inscribe el Núcleo arriba nombrado, cuyos tres objetivos son: “a) Impulsar la reflexión y producción de conocimiento de la educación superior en el MERCOSUR vinculada a la integración.b) Promover investigaciones sobre las contribuciones de la educación superior a la integración de los países del MERCOSUR. c) Proponer iniciativas y acciones que contribuyan a fortalecer el proceso de formulación de políticas públicas y orientar la toma de decisiones en educación superior del MERCOSUR”.

Durante el Seminario en cinco mesas se analizaron tres ejes centrales del encuentro académico, intelectual y político: políticas de inclusión en la educación superior (prácticas y actores), transformaciones institucionales para la inclusión en la educación superior y sentidos de la universidad en la construcción de nuevas ciudadanías. En otras palabras, se discutieron los avances, dificultades, posibilidades y límites para profundizar el acceso a una educación superior de buena calidad, con prácticas inclusivas que tiendan a la permanencia y egreso de los sectores históricamente marginados del derecho a la educación; los avances que muestran naciones e instituciones para transformarse a sí mismas frente a las nuevas realidades heterogéneas y en el contexto de un inusitado proceso político que experimenta el Cono Sur y, finalmente, las contribuciones que deben realizar o ya concretan las universidades en la formación de las ciudadanías de estos países.

Resumir lo allí vivido es imposible en el espacio de esta colaboración. Puedo apuntar de manera sintética algunos rasgos, entre ellos la diversidad de modelos, así, pudimos conocer distintas experiencias y avances en la expansión de la educación superior en Argentina y Brasil; la preocupación por la inclusión de grupos marginados, con casos específicos y estimulantes, como la Institución Educativa Resguardo Indígena (Colombia) o la formación de profesores modalidad aborigen Wichi, en la provincia del Chaco, Argentina.

Las reflexiones de altísimo nivel fueron parte del escenario, con las disertaciones estupendas de Daniel Mato (Universidad de Tres de Febrero, Argentina), Eduardo Rinesi (Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina), Jorge Martinis (Universidad de la República, Uruguay), Diego Tatián y Carolina Scotto, ambos de la institución sede. Aplausos especiales mereció la participación de María Egilda Castellanos, fundadora y primera rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sobre todo por la emotividad de sus exposiciones y su participación en el proceso social y político.

Dos días, cinco mesas, extraordinaria organización a cargo de un equipo coordinado por Estela Miranda (Universidad Nacional de Córdoba), magistrales participaciones e invitaciones a la reflexión sobre el sentido de la educación superior en la época que vivimos, una tarea imprescindible. Además, la constatación de un hecho que puede ser (debe ser) debatido, que no es perfecto pero intenta construir alternativas pedagógicas: la preocupación de las universidades sudamericanas, por lo menos un sector de ellas, por acompañar los procesos de integración regional y su profunda imbricación con la realidad social de esos países. Fue, también, una forma de homenajear el rectorado (unánimemente apreciado) que esta semana llega a su fin en la Universidad Nacional de Córdoba, conducido por la filósofa Carolina Scotto.